El Gobierno de facto de Honduras que encabeza Roberto Micheletti aumentó ostensiblemente ayer su ofensiva contra la comunidad internacional con una advertencia a Brasil e impedir el ingreso al país de la misión de la OEA y a embajadores de varios países, entre ellos de Argentina y España.
En tanto, el Frente Nacional de Resistencia reportó la muerte de una estudiante universitaria debido a los broncoespamos que le provocaron los gases tóxicos que lanzó la policía que rodea la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
El canciller de facto, Carlos López advirtió a Brasil que en 10 días podría perder su embajada en Tegucigalpa, donde permanece refugiado el derrocado presidente Manuel Zelaya. Aunque se aclaró que no está previsto allanar la representación diplomática para arrestar a Zelaya.
En ese momento, la embajada "pasa a ser una oficina privada, lo que no quiere decir de ninguna manera que, por cortesía y por la relación de civilidad que tiene el Gobierno de Honduras, vaya a meterse en ella", señaló.
Zelaya, a quien el Gobierno de facto amenaza con arrestar bajo varios cargos, permanece desde el lunes atrincherado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde el presidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo es huésped y puede quedarse el tiempo que quiera.
El mandatario brasileño desestimó el ultimátum y dejó en claro que "Brasil no tolerará un ultimátum de un Gobierno golpista".
"Si entran por la fuerza, estarán cometiendo un acto que rompe las normas internacionales", agregó.
Profundizando el aislamiento internacional, el Gobierno que tomó el poder tras el golpe de Estado del 28 de junio, impidió el ingreso al país a una delegación de la OEA que iba a preparar el camino para la llegada de una misión de cancilleres que intentará mediar en la crisis.
En tanto, una multitud marchó ayer para pedir la restitución de Zelaya.
