La situación procesal de los tres hijos de los ex brigadieres de la Fuerza Aérea Argentina, quienes fueron detenidos hace cinco días en el aeropuerto El Prat de Barcelona con unos 944 kilos de cocaína, será resuelta en las próximas horas por un juez español, que deberá decidir si los envía a prisión o los libera.

Se trata de los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, hijos del ex brigadier José Juliá, quien fuera jefe de la Fuerza Aérea Argentina en la década del "90; y Gastón Miret, hijo del ex brigadier José Miret, quien fue secretario de Planeamiento durante la dictadura de Jorge Videla.

Uno de los hermanos Juliá, Gustavo, se había desempeñado hasta el 2003 como gerente financiero del PAMI en épocas del Gobierno de Eduardo Duhalde.

En cuanto a la situación procesal de los tres argentinos detenidos sería inminente una resolución, puesto que el titular del Juzgado de Instrucción de El Prat de Llobregat agotará hoy el plazo de 72 horas -luego de haberles tomado declaración- y resolver si los envía a prisión o, en caso contrario, los deja en libertad.

Los tres arrestados permanecen en una dependencia de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña, lugar donde son usualmente trasladados los detenidos por casos penales como narcotráfico, a la espera de la resolución judicial.

Sin embargo, la decisión del juez no se conocerá hasta que se levante el secreto sumario decretado en relación con el caso.

La noticia de la detención de los hermanos Juliá y de Miret se conoció el jueves, cuatro días después de que se produjeran los arrestos, el domingo 2 de enero. Ese día los argentinos arribaron al aeropuerto El Prat de Barcelona en un avión Challenger 604 de la compañía argentina Medical Jet, cargado con 944 kilos de cocaína de máxima pureza, de acuerdo con la Guardia Civil española.

En el avión viajaba una cuarta persona que quedó demorada, aunque luego fue liberada tras determinarse que no tenía vinculación con la maniobra.

Los investigadores determinaron que el avión perteneciente a la empresa argentina había partido de Buenos Aires con destino la isla de Cabo Verde, frente a las costas de Africa.

Desde allí, se dirigió hacia la ciudad de Barcelona, precisamente al aeropuerto El Prat, donde arribó el domingo pasado con los 944 kilos de droga.