Los cadáveres de los casi 300 pasajeros y tripulantes del Boeing 777 malasio que se estrelló supuestamente abatido por un misil en Donetsk, una región insurgente prorrusa del Este de Ucrania, llegaron ayer a Járkov, ya en territorio controlado por las autoridades de Kiev. Desde allí, partirían hoy en dos aviones rumbo a Holanda, el país de donde procedía la mayor parte de las víctimas. El tren con vagones refrigerados donde se guardaron los cuerpos para su conservación llegó pasado el mediodía, hora local, a Járkov, la mayor ciudad del este de Ucrania y la más desarrollada.

A bordo del convoy viajaron 282 cadáveres y 87 fragmentos de los 298 ocupantes del fatídico vuelo MH17, que en su ruta de Amsterdam a Kuala Lumpur fue supuestamente abatido el pasado día 17 por un misil.

El convoy llegó a la estación Jarkov-Balashovski, desde donde, tras cambiar de locomotora, fue enviado al recinto de la fábrica de armas de Mályshev donde se encuentra un grupo de 90 expertos, ucranianos y extranjeros, además de una treintena de diplomáticos procedentes de distintos países. Allí los cuerpos debían ser transferidos desde los vagones a contenedores traídos especialmente desde Holanda. Uno de los aviones que trasladarán los restos mortales de las víctimas ya está en el lugar.