Lejos de la ‘guerra relámpago’ que se anticipó, la invasión en Ucrania cumple hoy 100 días, período en el que desde el plano militar las fuerzas rusas no consiguieron sus objetivos de controlar las grandes ciudades y se concentraron en el sur y el este del país vecino, donde lograron sus primeros avances a un costo humano para ambos bandos difícil de dimensionar en un conflicto sin un final a la vista.

El 24 de febrero pasado el presidente ruso Vladimir Putin anunció una ‘operación militar especial’ y amenazó con una ‘respuesta inmediata’ para todos los gobiernos que intervengan, en un mensaje que tenía como destinatario a las potencias occidentales que venían alertando sobre una escalada y la intención de librar una ‘guerra relámpago’, como planteó el premier británico Boris Johnson.

Las tropas que responden al Kremlin ingresaron al país vecino desde la frontera del norte hacia la capital Kiev, desde el sur a través de la península de Crimea anexada en 2014, y desde el este junto a las fuerzas prorrusas que habitan las provincias separatistas de Donetsk y Lugansk, que previo a la invasión fueron reconocidas como repúblicas por Moscú. Tras esos primeros avances en dirección a Kiev y a Jarkov, la segunda ciudad en importancia, la resistencia ucraniana, el respaldo armamentístico de los aliados occidentales y las falencias en lograr la supremacía aérea llevaron al Kremlin a fines de marzo a replegar sus operaciones al Donbass, donde se ubican las dos provincias separatistas donde se concentran hoy la mayor parte de los combates.

‘Se redujeron los objetivos operativos de Rusia de todo el país a una pequeña zona en la que ya están luchando desde hace ocho años’, indicó a Télam Frank Ledwidge, profesor de Estrategia y Derecho Militar de la Universidad de Portsmouth, en Reino Unido.

El analista indicó que el ejército ruso mostró grandes falencias, como un ‘mantenimiento pobre de sus blindados’, una ‘dotación baja de sus unidades’ y una ‘inteligencia que recibió o generó suposiciones erróneas’ sobre la situación en Ucrania, lo que generó una ‘planificación inadecuada’.

El repliegue al sur y el este dio sus frutos para la ambición de Putin con las conquistas de ciudades claves como Mariupol y una gran parte de Severodonetsk. De acuerdo con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, las fuerzas de Moscú ocupan actualmente ‘alrededor del 20%’ del territorio de su país, es decir, cerca de 125.000 km cuadrados’, casi tres veces más de lo que ya tenían bajo su control antes de la invasión.

Los combates concentrados en el Donbass convirtieron a la guerra en una de trincheras y desgaste, lo que sumado a que las negociaciones de paz están rotas desde hace más de dos meses, hace prever a los analistas que el conflicto bélico no tendrá un final en el futuro inmediato.

 

  • 6,8 millones huyeron

La guerra en Ucrania ya ha obligado a más de 6,8 millones de personas a abandonar el país, según datos aportados por el portal del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Más de la mitad huyó a través de la frontera con Polonia.