Al menos 30 personas murieron ayer y 220 resultaron heridas en un triple atentado suicida en Bagdad, cerca de las embajadas de España, Irán, Egipto y Alemania.
Los estallidos, con diferencia de unos cuantos minutos, se produjeron tras una serie de explosiones de proyectiles de mortero contra el barrio fortificado del centro de la capital iraquí que alberga la mayoría de sedes gubernamentales y delegaciones extranjeras, la Zona Verde.
Luego, dos automóviles cargados de explosivos que estallaron con minutos de diferencia en el distrito de Al Mansur, en el centro-oeste de la capital, dejaron 12 muertos y destrozaron edificios y automóviles aledaños, frente a la embajada egipcia y ante una residencia de la sede diplomática alemana en la capital. También está cerca la embajada española, que sufrió severos daños por el ataque.
Poco más tarde, una tercera explosión se produjo ante la embajada iraní destruyó unos 30 vehículos y provocó al menos 18 muertos.
La seguidilla de ataque profundiza la crisis política tras las elecciones parlamentarias del mes pasado que sumieron a la clase política iraquí a intensas negociaciones para formar gobierno.
En la Embajada egipcia el kamikaze lanzó el vehículo contra una barrera de hormigón de seguridad. "Los guardias dispararon contra el terrorista, pero se inmoló activando la carga explosiva", explicó un portavoz de la autoridad de seguridad bagdadí. "Lo mismo pasó en la Embajada iraní", dijo.