En un nuevo intento de contener la epidemia de Covid-19, que provocó hasta ahora un total de 5883 casos y 233 muertos en Italia, el gobierno de Giuseppe Conte se aprestaba a firmar un nuevo decreto urgente que dispone a partir de mañana y hasta el 3 de abril el cierre y aislamiento de toda la región de Lombardía -cuya capital es Milán- y de otras 11 provincias (Modena, Parma, Piacenza, Reggio Emilia, Rimini, Pesaro y Urbino, Venecia, Padua, Treviso, Asti y Alessandria, de Emilia Romagna, el Véneto y Piamonte).
Salvo permisos especiales o urgencias, quedará prohibido entrar o salir de estas nuevas "zonas rojas", en una nueva cuarentena que afectará un área donde viven más de 12 millones de personas , crucial para la economía de la península. Desde que se detectó el primer caso italiano de coronavirus, el 21 de febrero pasado, Italia dispuso el aislamiento de 11 pueblos de la provincia de Lodi, al sur de Milán, donde viven unas 60.000 personas y de Vó Euganeo, pueblo del Véneto que saltó a la fama porque allí tuvo lugar la primera muerte por el nuevo coronavirus.
La nueva medida extrema que tomaría el gobierno Conte se da en momentos en que siguen creciendo en forma exponencial los contagios y después de que el miércoles otro decreto extraordinario dispusiera el cierre de todas las escuelas y universidades del país, así como la prohibición de reuniones públicas.
El decreto, cuyo borrador fue filtrado a la prensa, también dispuso el cierre de todos los gimnasios, piletas, spas y demás centros deportivos en las áreas mencionadas. Solo podrá haber competencias deportivas al aire libre a puertas cerradas, es decir, sin público. Los centros comerciales deberán cerrar sus puertas, pero sólo durante los fines de semana. Deberán cerrar también museos, centros culturales y hasta estaciones de esquí.
Quedarán suspendidas ceremonias civiles y religiosas, incluso las fúnebres. Además, deberán cancelarse todas los eventos organizados, manifestaciones en lugares públicos o privados, incluso los de carácter cultural, lúdico, deportivo y religioso, en cines, teatros, pubs, discotecas, salas de baile, salas de juego, de bingo o de apuestas.
Bares y restaurantes podrán seguir abiertos, pero con la obligación, a cargo del dueño, de hacer respetar la ordenanza de respetar una distancia de seguridad interpersonal de al menos un metro. En caso de violación de esta regla, el dueño del restaurante o bar podrá ser multado con la suspensión de su actividad comercial.
El decreto también decretó la suspensión de las licencias para médicos y enfermeros y la prohibición del acceso de parientes y visitantes a hospitales, salvo en algunos casos.
El objetivo es frenar la epidemia, en un momento en que Lombardia, una de las regiones más ricas de Italia y la más afectada, con 2742 contagios, de los cuales 359 en condiciones graves, empieza a no dar abasto. Tanto es así que Lombardia se está viendo obligada a comenzar a trasladar a algunos pacientes internados en terapia intensiva en las regiones vecinas, por falta de camas.

