El polémico concierto "Paz sin fronteras" organizado por el cantante colombiano Juanes congregó ayer en La Habana (Cuba) a 1.150.000 personas.
Este recital ha indignado a exiliados cubanos que viven en Miami, quienes critican que Juanes y los 14 músicos invitados fueran a la isla de Cuba a "entretener" a los comunistas y se presenten a cantar en la histórica Plaza de la Revolución.
"No puedo creer lo que mis ojos están viendo, es el sueño más hermoso de paz y amor que he podido experimentar después de mis hijos", dijo Juanes al salir al escenario.
Abrió su recital con "A Dios le pido", pero el momento del delirio fue cuando anunció que cantaba "La camisa negra": entonces los cientos de miles de camisas blancas que abarrotaban la Plaza de la Revolución se pusieron a entonar junto a él.
Tras ello se le acercó el músico español Miguel Bosé y le dijo que "según le habían comentado" había 1.150.000 personas, con lo que "estamos batiendo un récord".
Juanes se dirigió al público en varias ocasiones para hablar en favor de la paz y la concordia: "La música debe viajar como el aire, debe llegar a todos los lugares, no importa cómo pensemos ni qué religión tengamos, al final somos iguales".
El colombiano no obvió la polémica que el concierto ha despertado entre los medios más radicales del exilio en Miami, pero fue para decir que el mensaje que traía valía tanto para los cubanos de la isla como los de Miami, en alusión al exilio cubano, concentrado principalmente en esa ciudad de Florida.
Juanes dijo que desearía repetir el mismo concierto en Miami, donde vive el colombiano defensor de los derechos humanos.