El ministro libio de Asuntos Exteriores, Musa Kusa, anunció ayer en Londres que renuncia a seguir formando parte del Gobierno del líder Muamar Kadafi.
Así lo informó el Foreign Office, que aseguró que Kusa llegó en un avión procedente de Túnez a territorio británico, donde manifestó que ya no quiere representar al régimen libio. "Podemos confirmar que Musa Kusa llegó al aeropuerto de Farnborough (al suroeste de Londres) el 30 de marzo procedente de Túnez", dijo un portavoz del ministerio británico de Exteriores.
"Ha viajado hasta aquí por voluntad propia. Nos ha dicho que renuncia a su cargo", indicó el portavoz, que recordó que "Kusa es una de las principales figuras del gobierno de Kadafi".
Kusa, que como diplomático trabajó varios años en Londres, es considerado una de las personas más cercanas a Kadafi en las últimas décadas y una figura decisiva hace 10 años para convencer al coronel de que renunciara al terrorismo y a desarrollar armas de destrucción masiva para tener una buena relación con Occidente.
Tras ser jefe de los servicios secretos libios, acusados de varios atentados terroristas en Occidente, como el derribo de un vuelo comercial en pleno vuelo sobre Escocia en 1988 -que costó la vida a 270 personas-, Kusa accedió a la cartera de Exteriores, donde fue clave en el giro político de Trípoli hace ahora una década.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la opinión de Kusa fue clave para persuadir a líder libio, Kadafi de que debía dejar de formar parte de lo que el ex presidente de los EEUU George W. Bush denominó el "eje del mal" y volver al seno de la comunidad mundial.
Después de eso, Kadafi renunció a sus programas de armas nucleares y químicas, y abrió nuevamente el país a los observadores internacionales, lo que permitió que se recuperaran los lazos comerciales con los países occidentales, muy interesados en los yacimientos petrolíferos y gasísticos libios.
La confirmación oficial de la renuncia de Kusa se produjo después de intensos rumores acerca de sus intenciones de desertar, y en el mismo día que el Gobierno de Londres expulsó a cinco diplomáticos libios por considerar que representaban una amenaza para la seguridad del país.
