Representantes del presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, y del depuesto gobernante, Manuel Zelaya, iniciaron ayer, en presencia de una misión de la OEA, el diálogo en busca de una solución a la crisis política causada por el golpe de Estado del 28 de junio. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, llamó a ambas partes a dialogar "sin intenciones ocultas, con buena voluntad". Víctor Meza, ministro de Gobierno, y representante de Zelaya instó a Micheletti, a firmar el Acuerdo de San José y reseñó que "está avalado por la comunidad internacional. Por su parte, el canciller de facto, Carlos López, pidió que Zelaya llame a sus partidarios a frenar las manifestaciones por "generar violencia y alterar el orden público", y dejó clara la posición de no restituir al mandatario legítimo.