El Informe Mundial sobre Drogas de la ONU, difundido este jueves en Viena, muestra especial preocupación por la situación de 29,5 millones de personas que padecen trastornos graves por el consumo de drogas, incluida la drogodependencia, y que son los más vulnerables.

En efecto, el 5% de la población mundial consumió algún tipo de droga en 2015, lo que supone alrededor de 250 millones de personas, y al menos 190.000 murieron ese año por causas directas relacionadas con los estupefacientes, informó hoy la ONU.

Sólo una de cada seis personas que requiere tratamiento por estos trastornos recibe asistencia, la mayoría en los países desarrollados, señala el reporte elaborado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).

El numero de consumidores de drogas se mantiene estable desde hace cinco años, pero los responsables del informe advierten de que el mercado de las drogas se está diversificando con la aparición de nuevas sustancias más potentes y peligrosas.

"Ha aumentado la situación de riesgo para la salud por la diversificación y la potencia de nuevas sustancias", explicó en una rueda de prensa Angela Me, coordinadora del informe.

La experta puso como ejemplo el fentanilo, un analgésico en polvo que es hasta 50 veces más potente que la heroína y que ha causado numerosas sobredosis en EEUU en los últimos años.


El cannabis es la droga más consumida, con 183 millones de usuarios en 2015, pero los opioides, entre ellos la heroína, siguen siendo las sustancias más nocivas y las que más muertes causa.

"El consumo de opioides está asociado al riesgo de sobredosis fatales y no fatales, al riesgo de contraer enfermedades infecciosas (como el VIH y la hepatitis C) debido a la práctica peligrosa de consumo de drogas por inyección", señala el informe.


El director de la ONUDD, Yuri Fedotov, señala en el informe que "a nivel mundial se registran al menos unos 190.000 fallecimientos prematuros -en la mayoría de los casos, evitables- provocados por las drogas, mayormente imputables al consumo de opioides".

Las estimaciones del informe sobre fallecimientos son muy conservadoras, como ha reconocido la propia ONU, si se tiene en cuenta que sólo en EEUU hubo 52.400 muertes por sobredosis en 2015.

Alrededor de 35 millones de personas consumen opiáceos (sustancias que proceden de la adormidera, como la heroína o la morfina) u opioides (sustancias químicas de efecto análogo, como la metadona).

Este grupo de drogas, según el informe, "representaron el 70 por ciento de los impactos negativos para la salud asociados con trastornos por consumo de drogas en todo el mundo".

En una situación especialmente arriesgada están los 12 millones de personas que se inyectan opioides como la heroína. De ellos, "uno de cada ocho (1,6 millones) está viviendo con VIH y más de la mitad (6,1 millones) con hepatitis C, mientras que alrededor de 1,3 millones sufren tanto hepatitis C como VIH".

"En general, muere el triple de personas que consumen drogas a causa de la hepatitis C (222.000) que de VIH (60.000)", explica el reporte.

Los consumidores de cocaína ascienden a unos 17 millones, los de "éxtasis" son 21,6 millones, mientras que los de anfetaminas se calculan en 37.


El informe señala que hay indicios de un mayor consumo de cocaína en EEUU y Europa, sus dos mayores mercados, y que han aumentado los casos de tratamiento por consumo de esta droga.


Además, apunta que las anfetaminas, unos estimulantes sintéticos, suponen la segunda causa de tratamiento, detrás de los opioides, por trastornos causados por el consumo de drogas.

También advierte sobre las "nuevas sustancias psicoactivas", de las que hasta 2015 se habían registrado más de 700 tipos, que pueden suponer riesgos para la salud debido a que su composición no suele estar estandarizada y puede contener elementos muy nocivos.

Estas nuevas sustancias sintéticas imitan los efectos de ciertas drogas tradicionales, como la marihuana, y al ser más baratas suelen ser más atractivas para algunos consumidores.

Además de las muertes, el informe señala la pérdida de "años de vida sana" por los fallecimientos prematuros y la discapacidad que causa el consumo de drogas.

"La magnitud del daño provocado por el consumo de drogas se hace patente en los 28 millones de años de vida "sana" (años de vida ajustados en función de la discapacidad) que, según las estimaciones, se perdieron en 2015 en todo el mundo por el uso de drogas", señala el informe.