Tras los rechazos a un plan avalado por el presidente de Brasil para pacificar la polémica nuclear por Irán, el mandatario de ese país latinoamericano salió ayer a cuestionar al Consejo de Seguridad de la ONU, que evalúa nuevas sanciones a los iraníes. Pero el tono crítico de Luiz Inácio Lula da Silva salpicó también a la "todopoderosa" Europa por haber tardado tres meses en solucionar la crisis de Grecia, lo que ha extendido el pánico a nivel mundial.
El presidente Lula formuló tales comentarios críticos durante la jornada organizada en Madrid (España) por el periódico español "El País" y el brasileño "Valor Económico". Durante la conferencia de ese seminario ("Brasil, Alianza para la Nueva Economía Global"), Lula consideró que "ahora depende del Consejo de Seguridad de la ONU (Naciones Unidas) sentarse con la disposición de negociar", para alcanzar un acuerdo por Irán. "Porque sentarse sin disposición a negociar va a hacer que todo vuelva a cero", agregó.
Al alcanzar un acuerdo mediado por Brasil y Turquía, Irán se comprometió el lunes pasado a enviar 1.200 kilos de su uranio levemente enriquecido a Turquía, para recibir en canje 120 kilos de combustible para un reactor nuclear para investigaciones médicas localizado en Teherán.
Por su lado, el canciller brasileño Celso Amorim afirmó que Brasil y Turquía "dejaron la pelota picando en el área y que los que deben patear el arco son los países del 5+1", en referencia a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania.
En cuanto a la crisis económica europea, Lula dijo que "España y Portugal sufren más que otros porque son más pequeños en una Europa de otros poderosos pero frágil por la falta de control de su sistema financiero".