Terminaba el año 2017 y la presencia de turistas ya se comenzaba a notar en las calles de las principales ciudades de la Región de Coquimbo.
Repitiéndose en alguna medida el fenómeno del 2016, turistas trasandinos arribaron a La Serena y Coquimbo para celebrar las fiestas de fin de año en la tranquilidad de los valles o entre la multitud de las playas de la conurbación.
Desde ahí y hasta ahora, son miles los visitantes que han disfrutado de las bondades de la zona y de su principal atractivo: las playas y balnearios, por donde pasean niños, niñas, jóvenes y familias, tanto nacionales como extranjeras.
Y junto a las familias, y como parte de ellas, se encuentran las mascotas, principalmente perros, de distintos tamaños y razas, que se dejan ver disfrutando como uno más de los placeres del descanso frente al mar.
Sin embargo, este escenario alegre y gozoso para algunos, es molesto para otros, quienes se manifiestan en contra de que las mascotas transiten por los balnearios, lo cual ha conllevado a que algunos municipios del país emitan ordenanzas que prohíben el ingreso de las mascotas a las playas. Por ejemplo, Zapallar y Santo Domingo, ambas comunas de la Región de Valparaíso que han decidido cobrar multas de hasta 5 UTM a quienes no respeten esta medida.
Pero la realidad en las playas de La Serena es otra, ya que no existe tal medida a que los bañistas estén en compañía de sus mascotas. Es más, esta escena es cada vez más común en la costa de la ciudad.
Al respecto, Patricia Camacho, turista argentina proveniente desde San Juan, expone que hace cinco años que visita la región pero que sin embargo antes no se le pasaba por la cabeza viajar con su mascota. “Veíamos que no habían perritos así y después nos enteramos de que habían departamentos que permitían y otros no, hay pisos de departamentos donde admiten mascotas”.
Esta posibilidad facilitó la idea de poder veranear con su pequeña perrita la que ha sido muy bien recibida por los bañistas locales. “Sí nos dicen que tenemos que traer bolsitas para recoger los desechos de la mascota, pero no hemos tenido inconvenientes”, agrega Patricia.
En su opinión, han sido los turistas argentinos quienes han impuesto el veranear en las playas con sus perros, ya que en su mayoría se ven obligados a tener que trasladarse con ellos, cumpliendo con todos los documentos y protocolos que exige la aduana chilena.
En cuanto a los otros perros, nativos de la zona, Patricia manifiesta que no han tenido problemas, aunque sí son muchos.
Por su parte Gabriela Calderón, también turista argentina pero proveniente de Mendoza, asegura que a pesar que sólo tiene palabras de agradecimiento para todos quienes reciben a los turistas y sus mascotas, la prioridad siempre la tienen las personas, por lo que es necesario y fundamental que se cumplan con los resguardos necesarios para que no incomoden a otros quienes se encuentran también descansado y disfrutando del lugar.
“La mayoría de mis familias amigas viajan con los perros, son un integrante más de las familias. En su mayoría son familias extranjeras con sus mascotas en los balnearios. Los perros de la playa respetan y no hay problema con las mascotas”, asegura Graciela en compañía de su familia y de sus cuatro canes.
Aunque sin mascota, Norberto de San Juan, Argentina, su suma a las declaraciones de sus compatriotas y acota que las mascotas siempre te divierten y que si respetan a las otras personas y su entorno, todos pueden convivir y disfrutar en su compañía.
Al respecto, el alcalde de La Serena, Roberto Jacob, manifiesta que “si ellos tienen los resguardos correspondiente, correas y bozal en caso que corresponda, más su bolsita para los desechos, y se preocupan de su perro, no debería haber mayor problema con que éstos estén en las playas, o en cualquier lugar”.
Asegura que los irresponsables algunas veces son los dueños de las mascotas quienes los liberan sin tomar las medidas para que no incomoden o molesten a las otras personas del entorno, lo que genera reclamos.
“Deben cumplir y actuar con responsabilidad, como deben actuar los dueños de mascotas, porque son muchas veces parte de las familia, llevarles agua hasta la arena o donde se instalen, a pesar de que nosotros tenemos bebederos en el paseo de las playas porque también nos preocupamos por los perros, recoger sus desechos, preocuparse de su bozal y correa, no sólo en la playa, sino en todos los lugares”, enfatiza el edil de la capital de la región, la cual espera la visita de un millón de turistas esta temporada estival 2018.
En cuanto a la regulación del acceso de las mascotas a las playas, Jacob expresa que las playas corresponden a la gobernación marítima, aunque la municipalidad las habilita con la presencia de salvavidas, ayudando a que se cumpla con lo que indica la ley.