La derecha de Chile, que desde marzo volverá al gobierno con Sebastián Piñera, logró ayer un golpe de efecto clave al asegurarse la mayoría en la Cámara de Diputados a través de un sorpresivo acuerdo con un partido menor de la todavía oficialista Concertación, que patentiza así su estado de ebullición interna.
El acuerdo prevé que los partidos Renovación Nacional (RN) y Unión Demócrata Independiente (UDI), socios en la triunfante Coalición por el Cambio, más el Regionalista Independiente (PRI) y el hasta hoy oficialista Partido Radical Social Demócrata (PRSD) se repartan el manejo de Diputados.
La predisposición al acuerdo de uno de los socios menores de la alianza de gobierno generó la inmediata reacción desde las otras fuerzas y desde el interior mismo del Partido Radical, apenas a cuatro días de la derrota en el balotaje, que de por sí había motivado múltiples cruces de acusaciones.
A partir del 11 de marzo, cuando el millonario Piñera asuma la presidencia y se renueven los escaños parlamentarios, la nueva alianza tomará el control de la mesa de la Cámara de Diputados.
Desde entonces, la cámara será presidida por la diputada Alejandra Sepúlveda (PRI), una ex militante de la Democracia Cristiana, también en el gobierno hoy, mientras que la RN y la UDI asumirán las vicepresidencias.
En los años 2011, 2012 y 2013 las cuatro fuerzas se alternarán en la jefatura de la Cámara y las tres vicepresidencias, según un complejo mecanismo ya cerrado.
El entendimiento va camino a provocar también un quiebre interno dentro del PRSD, porque el diputado Alberto Robles, actual vicepresidente partidario, consideró "una vergüenza" el acuerdo, anunció que pensará su participación en la bancada y adelantó su postulación a encabezar el partido.
En tanto, el titular en ejercicio del PRSD, Fernando Meza, hizo pública una declaración en la que explica que el acuerdo "se podía llevar a cabo con o sin la participación de los radicales".