Osama Bin Laden desafió el poder "infiel" de EEUU y planeó el ataque de militantes más mortífero de la historia, creando una red global de aliados para llevar adelante una "guerra santa" diseñada para sobrevivir a la muerte de su líder.
El líder de la red terrorista Al Qaeda, que estuvo detrás de los secuestros de aviones el 11 de septiembre del 2001, fue la Némesis del ex presidente de la primera potencia mundial George W. Bush.
Los dos mandatos de Bush en EEUU estuvieron marcados por la llamada "guerra al terrorismo" contra Al Qaeda, mientras que la presidencia de Barack Obama, quien lo sucedió en el poder, fue blanco de un abierto rechazo a una oferta de un nuevo comienzo con el mundo musulmán realizada por Washington.
Se daba por descontado que Bin Laden, de 54 años, vivía escondido en Pakistán y que su control operativo de la organización había quedado limitado por el asedio de las fuerzas estadounidenses.
Con la creciente presión sobre su seguridad que comenzó a sufrir entre el 2009 y el 2010, el militante de origen saudí buscó poner en práctica una estrategia de ataques de baja escala, más fáciles de orquestar y llevados a cabo por pequeñas células de simpatizantes y grupos afiliados a su red.
Al Qaeda rebrotó en Yemen, Irak y el norte de África y alentó o dirigió ataques desde Bali hasta EEUU, donde un militante nigeriano intentó derribar una aeronave sobre Detroit el 25 de diciembre del 2009. Si bien continuaba siendo la figura emblemática de Al Qaeda, Bin Laden pasó de ser el líder de un grupo que organizaba y ejecutaba complejos ataques a un difusor de propaganda que cultivaba aliados que pudieran realizar los atentados en forma independiente.
Con su larga barba gris y una expresión melancólica grabada en el rostro, Bin Laden se convirtió en una de las personas más conocidas del planeta. Su cara demacrada estaba tanto en sus videos de propaganda como en el sitio web del Gobierno estadounidense donde se ofrecía un botín de 25 millones de dólares por su captura.
Ya sea señalado como un terrorista y asesino o un reivindicador de la lucha de musulmanes en la opresión, Bin Laden cambió el curso de la historia. Nacido en Arabia Saudita en 1957, el militante más buscado del mundo fue uno de los cerca de 50 niños que tuvo Mohamed Bin Laden, un millonario hombre de negocios que murió durante la infancia de Osama en un accidente aéreo.
El primer matrimonio del líder de Al Qaeda, con una prima siria, fue cuando tenía 17 años, y hay reportes que indican que Osama tendría al menos 23 hijos de 5 esposas. Integrante de una familia que hizo su fortuna en el boom de la construcción saudí financiada con ingresos petroleros, Bin Laden fue un chico tímido y un estudiante promedio que obtuvo
un título de ingeniero civil.
Fue a Pakistán poco después de la invasión soviética de 1979 y recolectó fondos antes de dirigirse a la frontera afgana y desarrollar campos de entrenamiento para militantes.
Bin Laden condenó la presencia en Arabia Saudita de tropas estadounidenses enviadas a rechazar las fuerzas iraquíes de Kuwait tras la invasión de 1990, y siguió convencido de que el mundo musulmán era víctima del terrorismo internacional orquestado por EEUU.
Llamó a una yihad contra la potencia global, que gastó miles de millones de dólares para financiar la resistencia afgana en la que peleó. Pero ni siquiera Bin Laden anticipó el impacto final que causaría el uso de 19 secuestradores suicidas para convertir a aviones de pasajeros en misiles dirigidos hacia los edificios que simbolizaban el poder financiero y militar de Estados Unidos.
Cerca de 3.000 personas murieron cuando dos aeronaves fueron estrelladas en 2001 contra el World Trade Center de Nueva York, un tercero contra el Pentágono en Washington y un cuarto cayó en un área rural de Pensilvania.