El Ejército israelí ha entrado en una carrera contrarreloj para destruir los túneles del movimiento islamista Hamás en Gaza, sobre todo los de carácter ofensivo, antes de que la diplomacia internacional logre el cese del fuego que cierre el actual enfrentamiento armado.
Construidos desde hace años a lo largo y ancho de una franja de 360 km cuadrados, la infraestructura de túneles es ‘inimaginable‘, a decir de un alto oficial israelí.
‘En Gaza hay una ciudad subterránea, kilómetros y kilómetros de túneles interconectados y con distintos propósitos‘, explicó.
Los expertos militares los han clasificado en categorías: los ‘económicos‘, de lo que llegó a haber hasta 2.000 y servían para un comercio de productos y armas que burlaba el bloqueo israelí a la franja a través del Sinaí Egipcio; y los ‘de huida‘ en los que los líderes islamistas suelen refugiarse.
Están también los ‘de ataque‘, que cruzan a territorio israelí y se han convertido en el nuevo ‘talón de Aquiles‘ de Israel.
Desde que comenzó su ofensiva terrestre en Gaza, el pasado jueves, Israel ha encontrado hasta 36 bocas de 15 túneles distintos que conducían a su territorio, uno de ellos hasta el comedor colectivo del kibutz fronterizo de Netiv Haasará y otro hasta la misma puerta de la vivienda de una familia en el concejo rural de Eshkol.
La Inteligencia Militar cree que puede haber otros diez, aunque se ve desconcertada con cada intento de incursión por un túnel que no tenían localizado.
Israel descubrió hace ya años el peligro de estas perforaciones, pero todas las alarmas saltaron cuando en octubre de 2013 sus fuerzas descubrieron una de 2,5 Km de largo que iba desde la localidad de Absan A-Zariz al kibutz Ein Hasheloshá.
Un experto militar estimó entonces que entre 600 y 800 toneladas de hormigón y hierro habían sido empleadas en sus paredes, tratando de justificar así el que Israel se negase a permitir el ingreso de materiales de construcción en la franja durante años.
Los vídeos colgados en internet por Hamás muestran corredores de una firme construcción de hormigón, iluminados y con el tamaño suficiente para permitir el cómodo y rápido desplazamiento de fuerzas armadas.
El Ejército israelí dice haber encontrado bocas de entrada en el interior de viviendas palestinas en zonas limítrofes, y con salidas que no siempre terminan de cavar para evitar que robots y patrullas los detecten.
‘Algunos de los túneles se comenzaron a cavar hasta hace seis años‘, dijo la alta fuente militar, que aludió a la suavidad y porosidad de la tierra de Gaza para explicar la facilidad con la que Hamás los excava.
Israel ha probado todo tipo de ideas para luchar contra el fenómeno de los túneles, hasta ahora sin éxito.
La última planteada es construir bajo los 70 km de frontera, y a 25 metros de profundidad, un gran túnel dotado de sensores de gran sensibilidad que alerten de cualquier actividad subterránea.
La idea, que costaría unos 735 millones de dólares se intentó en superficie con un sistema parecido, pero sus alarmas saltaban cada vez que un vehículo pasaba a cientos de metros. Tampoco puede resolver Israel el entramado de túneles dentro de la franja, que sirve a los milicianos para moverse de un lugar a otro sin ser atacados desde el aire, trasladar armamento, recargar lanzaderas y abastecerse. Sus bocas salen a mezquitas, a talleres donde se fabrica el armamento, a los puntos de lanzamiento de cohetes‘, dijo la fuente militar. EFE.