El hallazgo de lo que podrían ser 50 inmigrantes muertos dentro de un camión estacionado en Austria ayer, junto con el naufragio de otro barco repleto de personas frente a las costas de Libia, incrementó una crisis que está superando a Europa.

El camión refrigerador abandonado fue descubierto por una patrulla motorizada austríaca cerca de la frontera con Hungría, con los fluidos de sus cuerpos en descomposición escurriéndose por la puerta trasera.

Por otra parte, un funcionario de seguridad de la ciudad libia de Zuwara aseguró que había varios cientos de personas a bordo de un barco que se hundió frente a las costas del país norafricano el jueves. A bordo del barco viajaban personas procedentes del África Subsahariana, Pakistán, Siria, Marruecos y Bangladesh.

Paralelamente, durante una cumbre que se celebra en Viena sobre la crisis migratoria en los Balcanes Occidentales, la canciller alemana, Angela Merkel, señaló que “debemos abordar rápidamente el tema de la inmigración y con un espíritu europeo, es decir con un espíritu de solidaridad, y hallar soluciones‘.