EEUU ha movilizado su poderío militar nuevamente en 2010 y miles de soldados han llegado a Haití, no empuñando sus armas como en 1994, sino cargados de ayuda y con el compromiso de apoyar las tareas de rescate de víctimas y la reconstrucción de la nación.
"El Ejército de EEUU está allí para respaldar los esfuerzos" de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), dijo José Ruiz, portavoz del Comando Sur del Ejército de EEUU.
"Lo que se está llevando a cabo en Haití ahora mismo es un esfuerzo internacional para ayudar a los damnificados, y estamos centrados en la distribución de agua, alimentos y medicinas. Después vendrá la reconstrucción", precisó Ruiz.
Tanto las autoridades castrenses como las civiles insisten en que trabajan a solicitud del Gobierno del presidente haitiano, René Préval, quien lidera los esfuerzos de coordinación, acopio y distribución de la ayuda humanitaria. En este sentido, el secretario de Defensa, Robert Gates, negó que la presencia militar de EEUU en Haití sea vista como una fuerza ocupante por parte del país caribeño, sino como un "alivio".
Entre las acciones inmediatas, el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen, dijo que, con la prioridad de repartir agua y comida a la comunidad lo más rápido posible, EEUU enviará nuevas dotaciones militares a Haití. Esas dotaciones incluyen varios buques de guerra y helicópteros, lo que hará que su presencia militar llegue a 10.000 soldados antes del lunes, según Mullen.
Según el portavoz del Comando Sur del Ejército de EEUU, el aeropuerto internacional de Puerto Príncipe, bajo control de EEUU, según un "memorando de entendimiento" suscrito recientemente con Haití, trabaja las 24 horas del día, aunque está limitado a 90 vuelos por día.
Cerca de 5.000 efectivos de todas las ramas de las Fuerzas Armadas participan en las labores de búsqueda y rescate de sobrevivientes en Haití, y desde buques de la Guardia Costera de Estados Unidos. Además, el ultramoderno buque-hospital USNS Comfort zarpó del puerto de Baltimore (Maryland) cargado con 600 médicos y toda clase de equipos y laboratorios médicos de alta tecnología, y llegará a las costas haitianas el próximo jueves.
El escenario con el que se han topado los militares es desolador, no sólo por la cantidad de muertos, sino también por el caos que se ha desatado en el país. La devastación se ve reflejada en las rutas bloqueadas por los escombros, cadáveres apilados en las calles, putrefacción y temores de brotes de enfermedades contagiosas.
La desesperación ha dado pie a saqueos y a la furia de quienes llevan días esperando ayuda. Por ello, "miles de estadounidenses, civiles y militares, están sobre el terreno… para distribuir agua potable, comida y medicinas, y miles de toneladas de suministros de alimentos están llegando cada día", dijo el presidente de EEUU, Barack Obama, al anunciar el Fondo Clinton-Bush para Haití.
Aunque el portavoz del Departamento de Estado, P.J. Crowley, insistió esta semana en que EEUU "no está tomando control de Haití" -mantiene su soberanía y hay 7.000 miembros de las fuerzas de paz de la ONU-, las autoridades también han destacado la enorme capacidad militar y de logística de EEUU para liderar con crisis semejantes.
La ocupación estadounidense de Haití en 1994, en respuesta al derrocamiento militar del presidente Jean-Bertrand Aristide, requirió al menos 15.000 soldados y duró seis meses. Esta no fue la primera vez que EEUU invadió el atribulado país caribeño: buques de guerra de Estados Unidos surcaron las aguas haitianas 17 veces entre 1862 y 1915.
En 1915, el presidente Woodrow Wilson envió a los Marines a Haití para "restablecer el orden y mantener la estabilidad política y económica tras el asesinato del presidente haitiano (Jean Vilbrun Guillaume Sam) en julio de 1915, y la ocupación continuó hasta 1934", recuerda en su página de Internet el Departamento de Estado.
Ahora, Estados Unidos asegura que la movilización de las tropas obedece a una labor humanitaria en la ex colonia francesa. El esfuerzo de reconstrucción "se medirá en meses y años", afirmó Obama.