Una adolescente holandesa de 17 años que fue abusada cuando era pequeña y sentía que ya no podía seguir viviendo pidió morir por eutanasia tras calificar su vida como un "sufrimiento inaguantable".

Noa Pothoven, de la ciudad de Arnhem, murió el domingo en una habitación de su casa, luego de que se le concediera el derecho a la eutanasia.

Los motivos por los que la joven ya no quería seguir viviendo, según declaró ella misma, fueron porque había sido abusada sexualmente en tres ocasiones distintas, la primera de ellas cuando solo tenía 11 años.

En Holanda, a los niños de hasta 12 años se les puede conceder la eutanasia si así lo desean, pero siempre y cuando un médico concluya que su sufrimiento es insoportable e irremediable.

En 2017, unas 6.585 personas eligieron morir por eutanasia en los Países Bajos, aproximadamente el 4.4 por ciento de la población. 

La joven publicó sus intenciones en las redes sociales una semana antes de morir: "Estuve deliberando por un tiempo si debería o no compartir esto, pero decidí hacerlo de todos modos. Tal vez esto sea una sorpresa para algunos, pero mi plan ha estado allí durante mucho tiempo y no se trata de algo impulsivo".

"Iré directo al grano: en un plazo máximo de 10 días moriré. Después de años de luchar y pelear, francamente estoy agotada. He dejado de beber y comer por un tiempo, y después de muchas discusiones y evaluaciones, decidí acabar con todo porque mi sufrimiento es insoportable", escribió la adolescente.

"Respiro, pero ya no vivo", concluyó.