El segundo día de la mayor ofensiva militar aliada contra los talibanes en el sur de Afganistán después de la caída del régimen tras la operación "libertad duradera", un misil de la OTAN mató ayer 12 civiles, mientras recrudecen los combates.

"Es lamentable que en el curso de nuestros esfuerzos conjuntos se perdieran vidas inocentes. Extendemos nuestro más sentido pésame y nos aseguraremos de hacer todo lo posible para evitar futuros incidentes", dijo el general estadounidense Stanley McChrystal, comandante de la OTAN, en un comunicado.

La operación Moshtarak (juntos), porque junto a los 15.000 efectivos de la OTAN participan soldados afganos, tiene como objetivo imponer el control del Gobierno en las zonas en manos de los rebeldes, antes de que las fuerzas de EEUU inicien un retiro planificado en el 2011.

Los marines de EEUU fueron atacados intensamente ayer tras tomar control de un edificio en el corazón del último gran bastión talibán en la provincia de Helmand.

Los combatientes talibanes le dispararon a helicópteros de la OTAN que volaban sobre la ciudad de Marjah, y atacaron a los marines durante una ceremonia de izamiento de bandera en uno de sus recintos para marcar el avance de la ofensiva.

Bajas no deseadas

Las fuerzas de la OTAN han aconsejado a los civiles que no salgan de sus casas, aunque han señalado que no saben si el ataque llevará a un fuerte enfrentamiento.

Cuantiosas bajas de civiles podrían poner la operación bajo presión de grupos de derechos humanos, quienes dicen que debido a que la OTAN ha alentado a las personas a quedarse, está violando una responsabilidad moral y legal adicional de evitar fuertes enfrentamientos que los dañaría.

La mayoría de la población del área, estimada en hasta 100.000 personas, se ha quedado donde está.

Marjah ha sido un sitio de proliferación de insurgentes y una zona de lucrativo cultivo de opio, que según países occidentales financia a los milicianos.

La escala del problema quedó de manifiesto en el complejo tomado por los Marines. Bolsas de drogas con un valor de cientos de miles de dólares fueron descubiertas, al igual que sacos de químicos capaces de producir 45 kilogramos de explosivos, dijo Tim Coderre, un asesor civil de oficiales de los Marines.