La Unesco inscribió ayer en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad el saber tradicional de los chamanes jaguares del Yuruparí de Colombia, la música mariachi de México, el peregrinaje al santuario del Señor de Qoyllurit’i de Perú y el fado portugués.

En su reunión en la isla indonesia de Bali, los expertos del comité intergubernamental de la Unesco, compuesto por 24 países, reconocieron la “ejemplaridad” de la candidatura colombiana tras valorar el sistema integral de conocimiento con características físicas y espirituales del Yuruparí.

Los jaguares del Yuruparí, que habitan en los alrededores del río Pirá Paraná, transmiten por vía masculina y desde el nacimiento el Hee Yaia Keti Oka, “una cosmovisión asociada a un territorio sagrado para ellos, un conocimiento gracias al que creen que el mundo puede estar en equilibrio”, explicó el director de Patrimonio Juan Luis Isaza.

Unesco también declaró patrimonio inmaterial el peregrinaje al santuario del Señor de Qoyllurit’i de Perú, que recorre ocho kilómetros desde Mahuayani hasta Sinakara, y finaliza en el santuario situado a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. La festividad presenta una amalgama de tradiciones andinas y europeas cristianas a través de las cuales se ha establecido una expresión religiosa compleja y única en el mundo.

MÚSICA Y MÁS
La tercera propuesta latinoamericana que obtuvo el reconocimiento de Unesco fue la música mariachi de México. El nombramiento fue celebrado con la irrupción de un grupo de mariachis en la sala de reuniones de la Unesco en Bali, donde se entonó “El son de la negra”, una de las melodías más emblemáticas de este género.

El secretario de Cultura de Jalisco, Alejandro Cravioto, dijo que “no hay ninguna expresión musical mexicana más difundida por el mundo, y esta universalidad tenía que verse reflejada en la lista de patrimonio inmaterial”.

En tanto la última propuesta aprobada ayer fue la del fado portugués, género nacido en los barrios humildes de Lisboa y que mediante las ondas de la radio se extendió por Portugal, es habitualmente cantado por un solista acompañado por una guitarra portuguesa y una guitarra acústica.

“Éste es un momento de orgullo y alegría para Lisboa”, indicó el alcalde de la capital lusa, Antonio Costa, quien brindó la distinción a “aquellos que se dedican al arte del fado”. Además Costa dijo que la decisión supone “una gran responsabilidad de promover y proteger el fado como una marca de la diversidad del patrimonio humano”. Fuente: Efe