San José, 8 de mayo.- Laura Chinchilla, la primera mujer en ejercer la Presidencia de Costa Rica, inició hoy su mandato con un contundente llamado a la unidad de los diversos sectores y el ofrecimiento de escuchar y mantener una ‘mente abierta‘ durante los próximos cuatro años.
En un discurso de tono moderado, sin frases altisonantes, Chinchilla se presentó a los costarricenses como una líder conciliadora cuya mayor promesa fue ‘servirles con humildad, honestidad y firmeza‘, en presencia de nueve jefes de Estado y el Príncipe de Asturias.
La jornada de celebraciones, que incluyó actos culturales típicos costarricenses, quedó empañada por la detención de cinco personas que, según la Policía, se enfrentaron a agentes durante una protesta simultánea al traspaso de poderes, que se realizó en el Parque Metropolitano La Sabana, en el centro de San José.
Sin tapujos, la nueva mandataria reconoció que tiene ‘limitaciones‘, pero aseguró que sus debilidades serán compensadas por el equipo de Gobierno que la acompaña, integrado por 21 ministros, nueve de los cuales son mujeres.
Resaltando la tradición democrática y pacífica costarricense, Chinchilla manifestó ante los nueve presidentes y el Príncipe de Asturias que abrirá ‘las puertas a todas y todos los costarricenses‘.
‘No sólo a los partidos políticos y a los gremios sociales o empresariales, sino también a los ciudadanos que a menudo nadie representa‘, puntualizó en el discurso, que, como reconocida católica, concluyó con la petición de que Dios y la Virgen de Los Ángeles -patrona del país- ‘ilumine y bendiga‘ a Costa Rica.
Incluso agradeció la presencia en la ceremonia de sus rivales políticos en las elecciones del pasado 7 de febrero.
‘Su presencia en este acto es signo de mejores días para Costa Rica‘, dijo.
La politóloga de 51 años dejó de lado el discurso en primera persona y se refirió a los deberes de los ciudadanos, al tiempo de declarar que se trabajará ‘en equipo por una Costa Rica más segura y más tranquila, con mayor y mejor presencia policial y con una más depurada cultura de legalidad‘.
En su primera acción como presidenta, Chinchilla firmó cuatro decretos, en los que se incluyen una moratoria a la actividad minera de oro tanto a cielo abierto como subterránea y varias medidas sociales.
Esta medida impedirá la gestión de nuevos proyectos de este tipo en el futuro, pues han levantado mucha polémica en el país por su impacto ambiental.