La variante Delta originada en la India que se expande sin tregua por el mundo tiene en estado de alerta a EEUU ya que representa el 89% de los nuevos contagios, un rebrote que pone en suspenso los planes de recuperación económica que vaticinó el presidente Joe Biden y frena la vuelta a la normalidad de las empresas. Esto lleva a que las grandes firmas retrasen el regreso a las oficinas lo que alimenta el debate sobre la posibilidad de exigir a los empleados que se vacunen.

Si bien la economía estadounidense está en medio de una vigorosa recuperación y numerosos sectores operan con cierta normalidad, otros ámbitos como el de las profesiones de cuello blanco siguen muy lejos del funcionamiento prepandemia.

Es que EEUU, uno de los países con más acceso y disponibilidad de vacunas, sufre por la nueva aceleración de contagios debido a la variante Delta, que se expande especialmente entre la población no inmunizada. En este contexto, el presidente Biden, mostró su preocupación por el alto porcentaje de residentes que rechazan vacunarse y culpó de ello a la desinformación. Mientras, que su asesor de cabecera, el famoso virólogo Anthony Fauci, alertó que el país está yendo en la "dirección equivocada" para contrarrestar los estragos de la nueva ola de coronavirus, que se extendió con la llegada de la variante Delta y la reticencia de muchos estadounidenses a recibir la vacuna.

"Es realmente una pandemia entre los no vacunados, por lo que es un problema predominantemente entre ellos, esa la razón por la que estamos ahí, prácticamente suplicando a las personas no vacunadas que salgan y se vacunen", explicó durante una entrevista para la cadena CNN.

Cuestionado sobre la posibilidad de que EEUU pudiera volver a registrar picos de hasta 4.000 muertes diarias por coronavirus, Fauci, quien también fue el asesor principal del expresidente Donald Trump, anticipó que en caso de llegar a esas cifras, los mayores perjudicados serían las personas que no se vacunaron, que equivalen aproximadamente a la mitad de la población.

En este contexto, las empresas están repensando su regreso a la normalidad. La pasada semana la tecnológica Apple decidió posponer de septiembre a octubre la reincorporación de los trabajadores a sus puestos, otras grandes compañías han comenzado a exigir nuevamente el uso de mascarillas en sus instalaciones y muchas ciudades sopesan finalmente obligar a los empleados municipales a vacunarse.

Según datos de la firma Kastle, que gestiona tarjetas de acceso a las oficinas de decenas de miles de empresas, menos de un 35% de los empleados están acudiendo a sus puestos en las principales ciudades de EEUU.

Además, en muchos ámbitos como el tecnológico, las direcciones se están encontrando además con fuertes reticencias entre los empleados para volver.

"Yo ya estoy buscando un trabajo totalmente remoto para no tener que volver", asegura a Efe un neoyorquino de 36 años que trabaja en el sector de las telecomunicaciones y que prefirió no dar su nombre.

Según una encuesta elaborada por la Universidad de Chicago, hasta un 40% de los estadounidenses que están trabajando desde casa aseguran que se plantean cambiar de empleo si se les obliga a regresar a la oficina a tiempo completo.

Para las empresas que ya han vuelto a las oficinas, la variante Delta está obligando a reconsiderar sus protocolos de salud.

Una fuente de Goldman Sachs, por ejemplo, dijo al Times que el banco de inversión está estudiando volver a implementar un sistema de test semanales incluso para los empleados vacunados.

En las oficinas californianas de Google, quienes han decidido regresar a sus puestos de forma voluntaria tienen que volver a ponerse mascarilla tras haberla dejado de lado durante un tiempo.

 

Datos que asustan

La variante Delta representa el 89% de los contagios en EEUU cuando hace una semana era del 50%.

Este aumento drástico coincide con un mayor número de muertes durante la última semana: un 48% más de personas perdieron la vida a causa del virus respecto a la semana anterior. Y el otro dato demoledor es que el 99% de los decesos por el virus registrados en las últimas semanas sucedieron en personas no inmunizadas. Y hay más: a principios de abril se registraban más de 100.000 dosis administradas por día, pero ahora la cifra diaria no supera las 18.000, y desde fines de junio se experimentó un aumento en más de 300% en el promedio diario de contagios.

En ese contexto, 57 grupos que representan a millones de médicos, enfermeras, farmacéuticos y otros profesionales de la salud pidieron ayer la vacunación obligatoria para los trabajadores de la salud.

 

Mapa de la vacuna

EEUU, uno de los pocos productores de vacunas, comenzó con un acelerado plan de vacunación desde fines de 2020, pero hoy está estancado. A nivel nacional, 57% de los ciudadanos recibió una dosis y 49% está totalmente vacunado, y de los inmunizados, los mayores de 65 años son los más receptivos a la vacuna.

Vacuna o test sí o sí

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, informó que exigirá a todos los trabajadores públicos de la ciudad que se vacunen contra la covid-19 o que se sometan a test semanales. Esta medida afectará a más de 340.000 personas, entre ellos policías, bomberos y profesores, de la mayor ciudad del país.