Las empresas aéreas son una perfecta maquinaria de perder dinero si los aviones permanecen en tierra, tal como sucede en esta pandemia por coronavirus. Latam Airlines, la principal aerolínea de América Latina, con una enorme proporción de ellos quietos, acaba de reconocer que no puede afrontar sus compromisos en los Estados Unidos. Para hacer frente a la reorganización, se plegó al llamado capítulo 11 de la ley de bancarrota americana.

Por ahora, la medida no tendrá efecto directo sobre algunas filiales como la de la Argentina, Paraguay y Brasil. Sin embargo, la suerte de las empresas locales es una incógnita ya que están relacionadas con la empresa madre.

"Latam Airlines Group y sus filiales en Chile, Perú, Colombia, Ecuador y los Estados Unidos presentaron hoy una solicitud para reorganizarse bajo la protección del Capítulo 11 en los Estados Unidos", dice el comunicado de la empresa.

La ley de bancarrota, en el capítulo 11, diseña un proceso para permitir que las compañías operen sus negocios de la manera habitual a través de un proceso de reestructuración ordenado, mientras resuelven sus cuestiones financieras. "Las filiales en Argentina, Brasil y Paraguay no están incluidas en la solicitud del proceso de reorganización bajo el Capítulo 11, dado que las disposiciones legales de Estados Unidos no tienen incidencia en la normativa argentina", completa la comunicación oficial.

El derrotero de la empresa se inició con las restricciones a la aviación comercial que los países empezaron a aplicar desde marzo. Desde entonces, la empresa, que jamás paralizó totalmente sus actividades, inició un fuerte proceso de reestructuración que incluyó la rebaja de los sueldos de sus empleados en un 50%, además de unos 2000 despidos la semana pasada.

"A la luz del impacto sin precedentes que ha generado el Covid-19 en la industria mundial de aviación, este proceso de reorganización le proporciona a Latam una oportunidad para trabajar con los acreedores del grupo, y otras partes interesadas, para reducir su deuda y obtener nuevas fuentes de financiamiento, dándole las herramientas para transformar al grupo acorde a esta nueva realidad", completa el documento.

El llamado Capítulo 11 evita que la empresa se desmembre, entre en liquidación inmediata y empiece a despedir personal. A cambio, la ley le permite a la compañía continuar con sus operaciones y reorganizar su estructura libre de la presión de sus acreedores, mientras negocia un plan de pago de sus deudas.

El grupo comunicó a los reguladores que tiene el el apoyo financiero de sus accionistas, incluidos las familias Cueto y Amaro, que tienen una relación de larga data con el grupo y Qatar Airways, quienes inyectaran USD $900 millones en financiamiento adicional bajo una estructura de deudor en posesión. "Su apoyo demuestra su confianza en Latam, sus filiales y su sostenibilidad a largo plazo. En la medida en que la ley lo permita, el grupo está listo para dar la bienvenida a accionistas interesados en participar en este proceso para suministrar financiamiento adicional. Además, en el momento de la petición, el grupo tenía aproximadamente USD $1300 millones disponibles", agrega.

Finalmente, la compañía reconoce que está en negociaciones con los gobiernos de Chile, Brasil, Colombia y Perú para buscar apoyo para acceder a financiamiento adicional. "Ante la mayor crisis que se ha dado en la historia de la aviación, y habiendo analizado todas las alternativas disponibles para asegurar la sostenibilidad del grupo, el directorio ha aprobado este camino hacia el futuro. Así como nos hemos adaptado a nuevas realidades que han surgido en el pasado, confiamos en que Latam podrá ser exitoso en el contexto post Covid-19, continuar sirviendo a América Latina y conectando a la región con el mundo," dijo Ignacio Cueto, Presidente del Directorio de la línea aérea.