Buenos Aires, 23 de marzo.- Los representantes de los 28 países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerraron otra jornada de negociaciones sin certezas concretas sobre su papel en la intervención en Libia.

La decisión de enviar dos flotillas a las costas libias para garantizar que se cumpla el embargo impuesto parecía una buena señal. Pero, en el sexto día consecutivo de reuniones no se definió si la Alianza se pondrá al frente de las operaciones que buscan aplacar la represión del régimen de Muammar Khadafi sobre los rebeldes que reclaman su salida del poder. "No hubo decisión sobre nada", dijo el diplomático.

El gobierno de los Estados Unidos se mostró interesado en los últimos días en traspasar el mando de la operación Odisea del amanecer cuanto antes. Es de esperar que la OTAN asuma ese papel. Así lo había acordado el presidente Barack Obama con sus pares de Francia y Reino Unido, Nicolás Sarkozy y David Cameron.

París, sin embargo, se opone a que el papel de la OTAN se demasiado importante. Se inclina porque funcione como el músculo de la operación, pero sostiene que el cerebro debe ser la Unión Europea, que también ha mostrado más dudas de las que se creía.

Francia ha explicado su reticencia argumentando que la imagen de la organización en el mundo árabe no es buena y puede aumentar el sentimiento anti-occidental en algunos países. Alemania y Turquía son otros de los países que, con sus objeciones, han demorado la definición.

Las discusiones en la Alianza para definir sus funciones en el mantenimiento de la zona de exclusión aérea que desde el sábado impuso la coalición en cumplimiento de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad continuarán este jueves.