A la crisis política que vive Libia se suma ahora la falta de abastecimientos y la urgente necesidad de suministros. La zona céntrica de la ciudad, tras seis meses de guerra, muestra un aspecto desolador, y sólo los rebeldes tienen presencia en las calles donde crecen las carencias de suministros y servicios básicos como el agua. Esto acrecienta la sensación de impotencia del Consejo Nacional de Transición, que trata de obtener los fondos desbloqueados por el Consejo de Seguridad de la ONU, un total de 1.500 millones de dólares en bienes libios.

Además, el Canal Libia TV, en manos rebeldes, hizo una llamada a la población de la capital para donar sangre en varios hospitales, mientras que las organizaciones de defensa de los derechos humanos indagan las denuncias de ejecuciones sumarias de kadafistas detenidos. En este marco, el paradero de Muamar Kadafi sigue siendo fuente de especulaciones, incógnita a la que se suma el destino de sus hijos: Hamis y Saif al Islam.