Los once contenedores ‘castor‘ con basura altamente radiactiva llegaron ayer al depósito de Gorleben (norte de Alemania) después de que los continuos bloqueos de los antinucleares provocasen el mayor retraso de la historia de este transporte. El último de los contenedores entró en las instalaciones del cementerio nuclear, tras casi seis días por ferrocarril.