El Reino Unido archiva a partir de esta noche poco más de 47 años de historia en común con la Unión Europea (UE), una alianza a menudo cuestionada, pero no carente de ventajas recíprocas.

¿Pero qué cambia concretamente? En lo inmediato, poco, ya que el auténtico alejamiento de las reglas actuales -en materia de mercado único, aduanas compartidas, libre circulación de personas, jurisdicción de la Corte de Justicia europea- será solo al final del período de transición, el 31 de diciembre de 2020.

Desde ahora, l a UE tendrá 66 millones de ciudadanos menos y perderá por primera vez una pieza en su historia de extensiones sucesivas. Su territorio se reduce entonces un 5,5% y queda con 446 millones de habitantes.

Instituciones

A partir de hoy desaparecen los símbolos de la unidad. Baja la bandera de la Union Jack en los edificios de Bruselas, y los pabellones europeos de los templos del poder británico.

El Reino Unido vuelve a ser un país ajeno a la UE, como había sido hasta 1973, y renuncia a 73 diputados, dejando libres bancas que se redistribuyeron entre viejos miembros del "club" (46) y en parte quedaron "congeladas" para los próximos socios balcánicos (27).

Londres renuncia además a su comisario europeo y sale de inmediato de las cumbres de los 27: el primer ministro, Boris Johnson , ya no será invitado a los Consejos Europeos; sus gobierno y sus diplomáticos no participarán en las reuniones ni tendrán voz en las decisiones tomadas a partir de ahora, aunque sigan contribuyendo al presupuesto comunitario hasta que se agote la transición.

Los ciudadanos británicos, además, ya son excluidos de los concursos para puestos abiertos a los funcionarios europeos.

Derechos ciudadanos

Este es uno de los temas más delicados del divorcio, por sus consecuencias familiares y personales, además de políticas. Se estima que en el Reino Unido residen hoy 3,6 millones de ciudadanos europeos, en tanto los británicos dispersos en el continente son 1,2 millones.

Según el acuerdo, todos los expatriados registrados como residentes ya ahora, o durante la fase de transición y hasta el 30 de junio de 2021, mantendrán -de un lado y otro- sus derechos actuales en los respectivos países de acogida. Casi como si no tuvieran un Brexit .

Las cosas cambiarán, sin embargo, para los próximos ingresos: se frenará la libertad de circulación en 2021 y habrá nuevas reglas, según un régimen de inmigración que en Gran Bretaña significará una sustancial equiparación entre europeos y extracomunitarios, con obligación de exhibir el pasaporte para ingresar, normas más estrictas para quedarse y trabajar, y visas (facilitadas) para turistas.

Negociaciones

El equipo negociador europeo de Michel Barnier en los próximos meses tendrá que discutir las relaciones futuras a toda prisa con el nuevo equipo de Downing Street dirigido por David Frost.

En marzo, los diálogos entrarán en la fase principal, pero Barnier ya prevé un calendario con numerosos y continuados encuentros.

Uno de los primeros temas es la cuestión de las relaciones comerciales: Johnson apunta a un tratado de libre intercambio con los 27, con "cero aranceles y cero cupos", pero los tiempos son cortos, los detalles técnicos complejos, y los obstáculos o potenciales conflictos numerosos.

Si fracasan las negociaciones, habrá un Brexit sin acuerdo que podría resultar paralizante al hacer que el comercio entre Reino Unido y la UE se base, a partir de 2021, en los términos genéricos marcados por la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que supondría la aplicación de aranceles y controles de importación.

Lucha marítima

Uno de las temas más complejos de la negociación será acordar reglas para designar la procedencia de los productos y, por lo tanto, los reglamentos e impuestos que se aplicarán, ya que las cadenas de suministro de la industria en la UE actualmente cruzan las fronteras varias veces en el caso de productos como coches y fármacos.

Fuente: Agencias ANSA y Reuters