Mientras avanza lentamente la instalación de la máquina que abrirá el ducto por donde esperan sacar del entierro

a los 33 mineros chilenos, ya se comenzó a sacar cuenta de cuánto costará el rescate, y según fuentes gubernamentales, demandará al menos 10 millones de dólares.

Desde que ocurrió el derrumbe el 5 de agosto, se gastaron U$S 3 millones y el gasto se eleva a los 10 millones con la operación de la nueva perforadora Raise Borer Strata 950, informaron fuentes del gobierno.

La actividad más costosa fue el sondaje, en el que se emplearon seis sondas de aire reverso, que excavaron 7.200 metros, con un costo de U$S 1.080.000 y la diamantina, que tienen distintos valores.

A esto se agrega la perforadora Strata, con un costo de entre entre U$S 3 y U$S 5 millones, que será financiado por el Estado, a través de un decreto de contratación directa por emergencia, informó la edición on line del diario La Tercera.

En tanto, la adquisición de cuerdas, escalas, maderas, el alquiler de vehículos y otros elementos implicó un gasto de U$S 500 mil, aportados por el gobierno regional, y otros U$S 300 mil del gobierno central.

En agua, se insumieron los primeros días hasta 600 mil litros diarios y ahora, esa cantidad ha bajado a 200 mil litros, con un costo promedio de $30 mil pesos el viaje, que considera 10 mil metros cúbicos.

En cuanto al combustible, se gastan 10 mil litros diarios de diésel, lo que equivale a U$S 10 mil diarios, lo que permite mantener 12 torres de iluminación, cuatro camiones aljibe, dos grupos electrógenos, tres camiones pluma y 12 torres de iluminación.

En el campamento de las faenas se entregaron 12 mil raciones de alimentos a $2.000 cada una, lo que da un costo de $ 24 millones sólo por concepto de almuerzo y cena.

Aunque hasta ahora el gasto fue asumido por las autoridades y privados, el gobierno señaló que la empresa San Esteban, dueña de la mina San José, deberá asumir el costo final de la operación de rescate, aunque la firma no contaría con los recursos.

Mientras se prepara la puesta en escena de la perforadora para mañana, las autoridades sanitarias de Chile sostienen que los 33 mineros que permanecen atrapados desde el pasado 5 de agosto a casi 700 metros de profundidad en una mina del norte de Chile se sienten "tranquilos" para afrontar el mayor rescate subterráneo de la historia, que podría alargarse entre 3 y 4 meses, también temen un período crítico.

El ministro chileno de Salud, Jaime Mañalich, dijo que ya han comunicado a los trabajadores que el rescate "será lento" y aseguró que "ellos entendieron" la situación pero se mostró preocupado por lo que pueda surgir con el paso de los días.

Mañalich admitió que después de la euforia producida en los mineros por el reencuentro el pasado domingo, "lo más probable es que nos enfrentemos a un período de depresión, de angustia y decaimiento".

"Estamos preparando fármacos para ellos porque sería ingenuo pensar que van a ser capaces de mantener este tremendo ánimo que nos han mostrado durante tan largo tiempo", señaló.

El miércoles los mineros ingirieron una barra de cereal, su primer alimento sólido. Ahora, de a poco, se les enviarán mayores cantidades de calorías y que desde mañana se le proporcionará "una dieta de 2.000 mil calorías diarias y cuatro litros de líquido a cada uno".