Un equipo de médicos españoles llevó a cabo con éxito el primer trasplante total de cara del mundo, en una operación pionera de 22 horas realizada el pasado 20 de marzo en el Hospital Vall d"Hebron de Barcelona, informó ayer el cirujano jefe Joan Pere Barret.

El receptor, cuya identidad se mantiene en secreto para preservar su intimidad, es un hombre joven que desde hace cinco años sufría una deformidad severa del rostro causada por un accidente que le destrozó gran parte de la cara y le impedía desarrollar con normalidad funciones vitales como ingerir alimentos sólidos y respirar. Tampoco podía hablar.

El trasplante incluyó toda la piel y los músculos de la cara, la nariz, los labios, el maxilar superior, los dientes, el paladar, los huesos de los pómulos y la mandíbula así como la cirugía plástica y la microcirugía necesarias para reparar los vasos sanguíneos.

En la operación, que contó con 30 profesionales de distintas especialidades, al paciente le fue reconstruido su rostro en forma de máscara, logrando así la réplica de su propia cara.

Previamente el paciente fue sometido a nueve intervenciones quirúrgicas en el Hospital de La Fe de Valencia y Virgen del Rocío de Sevilla hasta llegar al Vall d’Hebron, donde las pruebas previas para garantizar la idoneidad de la operación se iniciaron hace dos años.

"No lleva la cara de otro", subrayó Barret, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del mencionado centro médico.

En sus palabras, el joven, que ya se ha mirado en un espejo, está "tranquilo y satisfecho" con su nueva cara, una semana después de pasar por el quirófano.

"Se encuentra bien y se recupera satisfactoriamente de la operación", añadió Barret. El objetivo ahora es que "en unas semanas empiece a hablar y a comer, y también a sonreír".

El receptor del trasplante podría ser dado de alta en dos meses. Después continuará con su rehabilitación y, más adelante, podrá llevar "una vida prácticamente igual a la de antes del accidente", agregó.

Desde entonces el equipo hospitalario ha proseguido con los cuidados intensivos que permiten prever que en dos semanas el hombre será capaz de deglutir por sí mismo e incluso empezar a hablar.

En cualquier caso, el cirujano descartó que el paciente llegue a parecerse físicamente con el donante "en absoluto", ya que el tejido blando se adapta a la cara del receptor y, aunque en este caso también se trasplantaron todos los huesos faciales por debajo de los globos oculares, también los huesos deben amoldarse. "Nunca habrá nadie con la cara de otro por la calle", ha asegurado Barret.

La consejera de Salud de la Generalitat, Marina Geli, indicó -acompañada de parte del equipo que hizo posible la intervención y que incluye diversas disciplina- que la operación "abre la puerta a la ciencia" a posibilidades futuras en el campo de los trasplantes. Geli ha hecho hincapié en la importancia de preservar la identidad de donante y receptor, además del "altruismo de la sociedad", como una de las claves del éxito de un programa de trasplantes que en el caso catalán tiene 26 años de historia. Precisamente, el Vall d’Hebron realizó esta semana el trasplante de pulmón número 500, el primer centro español que llega a esta cifra.

Hasta ahora, ha habido una decena de trasplantes de cara en todo el mundo, llevados a cabo en Francia, España, Estados Unidos y China. Sin embargo, todos ellos fueron parciales.