Conmovidos por la muerte del príncipe Felipe y entristecidos por la reina Isabel II, que perdió a "su pilar", admiradores de la monarquía británica llevaron hoy flores y palabras de consuelo a las residencias reales de Windsor y Buckingham.

Cientos de ramos de flores se amontonaban frente a las rejas del castillo donde también pueden verse algunos dibujos y mensajes de niños, informa el periódico The Guardian, que ilustra con fotografías el homenaje de los británicos.

"Querida reina Isabel, lo siento por su marido el príncipe Felipe", decía uno de los mensajes, lleno de corazones y flores.  

En Londres, y pese a las restricciones aún vigentes por la pandemia de coronavirus, los curiosos se juntaban para ver el anuncio oficial del fallecimiento colocado solemnemente frente al palacio de Buckingham, la residencia oficial de la reina en la capital británica. 

Cientos de miembros de las fuerzas armadas fueron convocados para alinear las calles en honor al duque, junto con miles de policías que mantendrán el control de las multitudes y protegerán a los miembros de la familia real que participen de la ceremonia.

Si bien el funeral tendrá un componente militar significativo, es probable que el número de miembros de las fuerzas armadas sea mucho menor y se espera que los preparativos se centren en el Castillo de Windsor, sin un desfile militar en Londres ni procesiones a través de Windsor, debido a las restricciones en vigor en el país a causa de la pandemia.

Las autoridades buscan evitar todo lo que conlleve un riesgo de propagación del coronavirus, incluidos los dolientes que utilizan el transporte público, pero la policía evita la mano dura al dispersar a aquellos que se presenten en el Castillo de Windsor o en el Palacio de Buckingham para rendir homenaje, señaló The Guardian.

El público podrá sintonizar una amplia programación de emisoras, incluida la BBC y un servicio conmemorativo podría celebrarse en una fecha posterior después de que el Reino Unido haya superado la peor crisis de salud pública en una generación, informa la prensa local.

Desde hace más de un año, la pareja real vivía recluida en el castillo de Windsor debido a la pandemia.

"Hace 20 años que vivo en Inglaterra y nos sentimos cercanos a la familia real, como todo el mundo aquí", declaró Karen Llewellyn, una francesa casada con un galés que depositó un ramo de tulipanes ante el castillo de Windsor, unos 50 km al oeste de Londres.

"Fue una verdadera conmoción esta mañana y nos dolió por la reina. Esa es la parte más dura en realidad, todos tenemos ese pensamiento por la reina que va a estar sola sin su pilar", afirmaba. 

También lamentó que el marido de Isabel II muriera sólo dos meses antes de cumplir los 100 años, el 10 de junio.  

"Es un día verdaderamente triste. Vivió una vida increíble y rica, y es una gran pérdida para su familia y su esposa, ya que eran inseparables", dijo Sarah Allison, de 31 años, que acudió al palacio con su hija de cuatro años, citada por la agencia de noticias AFP.

Fue cerca de este emblemático monumento donde los británicos acudieron a presentar sus respetos tras la muerte de Diana, princesa de Gales, en 1997.  

En plena pandemia, y cuando el Reino Unido aún no ha levantado la mayoría de restricciones de su tercer confinamiento, la policía patrullaba la zona recordando las normas de distanciamiento social. 

Estas restricciones explican sin duda una afluencia de público menor de lo esperado.