Entre tantos interrogantes que provoca su salud, por estas horas reapareció el fundador de Apple, la compañía que el año pasado logró superar a Microsoft como la número uno en el mercado tecnológico.

Steve Jobs, presidente ejecutivo de Apple, se reunió con el presidente de EEUU, Barack Obama, además de doce fundadores y responsables de las principales empresas tecnológicas del país, para analizar políticas que generen nuevos puestos de trabajo en el sector.

Si bien asistieron al encuentro en California el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, y el director ejecutivo de Google, Eric Schmidt, la mayor atención la acaparó Steve Jobs, que en enero anunció una licencia por tiempo indeterminado por problemas de salud.

Aquejado por un cáncer de páncreas, en enero de 2004 debió tomar su primera licencia para continuar un tratamiento que sorteó sin mayores inconvenientes. En 2009 debió recibir un transplante de hígado y se distanció para seguir las curaciones. También se recuperó.

Los misterios sobre su salud alimentan versiones sobre su extraña enfermedad: están quienes hablan de una metástasis por el cáncer que padeció y están los que sostienen la posibilidad de que haya tenido complicaciones derivadas de su intervención en 2009.

Jobs, de 55 años, anunció que dejará de forma momentánea el mando de la compañía en enero, y delegó sus funciones en Tim Cook, quien ya tomó las riendas de la firma en el primer semestre de 2009, cuando el fundador de Apple debió someterse a un transplante de hígado.

Desde entonces, Jobs mantuvo un bajo perfil y evitó aparecer en público. Sin embargo, el sitio de noticias National Enquirer publicó, un día antes de la reunión con el mandatario estadounidense, una serie de fotos que mostraban al fundador de Apple saliendo de una clínica.

La publicación de las imágenes disparó rumores sobre su estado de salud. Incluso se puso en duda la presencia del ejecutivo en la reunión con Obama del jueves pasado. Sin embargo, el fotógrafo de la Casa Blanca, Peter Souza, publicó una fotografía que muestra de espalda al fundador de Apple.

Tanta incertidumbre llegó a meterse en el mundo de los negocios. Los accionistas de Apple ya habían pedido a la empresa que publique los planes de sucesión de Jobs. Pero el consejo de administración de Apple recomendó rechazar la propuesta. Según la firma, revelar quién ocuparía el puesto sería nocivo porque llevaría a la renuncia a algunos ejecutivos o a que quieran deshacerse de sus rivales.

El rol que ocupa Jobs en la compañía es tan decisivo, que al divulgarse su alejamiento temporal, los papeles del gigante tecnológico cayeron 6,21 por ciento en el mercado de valores de Francfort, Alemania. Y motivó la desconfianza de los accionistas de la firma. La caída en el Nasdaq fue del 1,29 por ciento.

A tal punto llegan las especulaciones, que oncólogos como el inglés Samuel Jacobson presumen que el cáncer del creador de Apple podría matarlo en un plazo no mayor a dos meses, debido a la extrema delgadez que tiene Jobs.