Mdrid.- El panorama no es sencillo. Ayer, en unas elecciones generales que se caracterizaron por poner fin al bipartidismo que reinaba en España y que sólo le daba el poder al Partido Popular (PP) o al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el pueblo concurrió a las urnas y abrió el juego. Los nuevos bloques, Podemos y Ciudadanos, lograron posicionarse como necesarios a la hora de pensar en armar el gobierno.

Por eso ahora, pese a que el triunfo fue para el partido de Mariano Rajoy , el PP, el presidente español tiene que negociar con sus adversarios para poder continuar al frente del país. En caso de no lograrlo, se consolidaría como el primer presidente democrático en no concretar una reelección.

La clave está en las alianzas. Los líderes deberán armar pactos entre sí para alcanzar la mayoría y posicionarse de la mejor manera posible de acá al próximo mandato. Y las opciones que resuenan más fuerte, de acuerdo a la nota publicada por el diario español El Mundo, son estas tres:

Un acuerdo entre el PP y el PSOE

Los socialistas, que pese a que perdieron 20 escaños son la segunda fuerza más votada, si se junta al PP conseguirían 213 escaños y se posicionarían así como un pacto imbatible. De todos modos, podía tratarse sólo de una alianza inestable para lograr la investidura del presidente y luego continuar como oposición. Sin embargo, para varios del PSOE sería difícil darle el visto bueno a Rajoy, cuyo partido logró 123 escaños.

Pero sin dudas un pacto de gobierno sería algo más extraño, aunque les daría el poder necesario. Pese a que tienen varios puntos en común respecto de su política, como la ineludible firmeza en relación a la negativa al proceso independentista de Cataluña o la posible modificación de la Constitución, el costo de un gobierno en conjunto sería muy alto: el rechazo de la mayoría de la ciudadanía.

El pacto PP-Ciudadanos sin el apoyo del PSOE

Esta fórmula permitiría la investidura de un presidente, previsiblemente del PP, en segunda votación, en la que sólo se necesita que los votos a favor superen a los que están en contra, sin necesidad de porcentajes ni barreras. Eso sí, en este escenario habría que pensar en un plan B porque la formación de Albert Rivera, el candidato de Ciudadanos, no quiere que Rajoy siga en La Moncloa.

El problema es justamente esa segunda opción. La vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, tiene un grupo fiel pero no le alcanza para que el respaldo sea suficiente. Quienes sí estarían bien parados serían los socialistas, porque al dar la espalda a esta alianza conseguirían abstenerse de las decisiones y responsabilidades.

Ciudadanos, si apoya al PP en un pacto que trascienda la pura investidura del presidente del gobierno, podría perder influencia.

La opción de investir presidente a un popular con las abstenciones de PSOE y C’s también es posible pero sería una movida de poca fuerza y menos proyección.

Alianza de izquierdas

Los protagonistas principales de este acuerdo serían el PSOE y Podemos, ayudados por fuerzas más pequeñas como Izquierda Unida e incluso independentistas como ERC y abertzales como Bildu. Pero además deberían contar con el apoyo de algún partido nacionalista, precisamente no de izquierdas, como el PNV o Democràcia y Llibertat.

La presidencia tendría que decidirse entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, pero es difícil predecir quién de los dos sería el elegido como también cuán estable podría ser el gobierno. Es que las diferencias entre ambos, pese a que deberían tener varios puntos en común desde la orientación, son fuertes.

Por este gran pacto Iglesias, el líder de Podemos, podría salir muy beneficiado porque vería allanado el camino para erigirse como referente de la izquierda.

La Nación