Tailandia, 27 de noviembre.- A medida que descienden las aguas turbias de las inundaciones en las afueras de Bangkok, en Tailandia, se están avistando criaturas temerosas como cocodrilos y algunas de las serpientes más venenosas en el mundo que llegaron de zonas pantanosas mientras los residentes huían de las crecidas.

Equipos especiales del Departamento de Pesca atendieron numerosos avisos sobre reptiles amenazantes, como un cocodrilo de un metro que Anchalee Wannawet encontró una mañana afuera de una letrina. El animal estaba echado y tenía abiertas las mandíbulas.

"Huí de ahí y corrí hacia allá", dijo Wannawet, de 23 años mientras señalaba hacia un pantano lleno de cañas detrás de un lugar en construcción en el que trabaja en el distrito de Sai Mai, en el norte de Bangkok. "No me he atrevo a ir al baño desde entonces. Orino en una lata".

Por mucho tiempo Tailandia ha sido centro de cría, exportación y tráfico de animales exóticos, en especial de cocodrilos. Criados de manera legal e ilegal, los cocodrilos tienen gran importancia en el país debido al valor de su carne, huesos y en especial de su piel, utilizada para la fabricación de bolsas y accesorios de lujo.

Las lluvias monzónicas de este año causaron las peores inundaciones ocurridas en medio siglo en Tailandia, donde dejaron más de 600 muertos, además de anegar algunas de las 3.000 granjas de cría de cocodrilos que se calcula existen en el país.

Muchos de los reptiles escaparon, aunque probablemente no tantos como creen los residentes que han visto a los animales en los alrededores de la ciudad. Sin embargo, las autoridades y veterinarios voluntarios han confirmado que muchos animales no sólo reptiles, fueron afectados por las inundaciones, muchos se soltaron y su existencia está en problemas.