Desafiante, en su primera reacción pública a la condena por corrupción que recibió ayer por una causa vinculada el esquema de sobornos en Petrobras, el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva desestimó el fallo del juez federal Sergio Moro como un intento por sacarlo de la carrera para regresar al poder en las elecciones del próximo año, y aseguró que será el candidato del Partido de los Trabajadores (PT).
 

"Si alguien piensa que con esta sentencia me sacan del juego, puedo asegurarles que estoy en el juego. Y ahora quiero decirle a mi partido algo que no había reivindicado pero voy a reivindicar: el derecho a colocarme como postulante a la Presidencia de la República en 2018", dijo Lula en una abarrotada conferencia de prensa en la sede del PT en San Pablo.
 

Ayer, Lula se convirtió en el primer ex presidente brasileño en ser condenado por corrupción y lavado de dinero. Fue hallado culpable de haber recibido sobornos en especie por US$ 1,2 millones de la constructora OAS, una de las principales involucradas en el "petrolão", a cambio de su influencia para conseguirle contratos con Petrobras. Específicamente, habría obtenido un departamento tríplex en el balneario paulista de Guarujá, cuya reforma y muebles también habrían sido pagados por OAS, así como el depósito para almacenar los bienes de Lula desde que dejó la presidencia, a fines de 2010.
 

"La única prueba que existe en ese proceso es la prueba de mi inocencia", señaló hoy el ex presidente. "Durante mi testimonio, era claro que lo que menos importaba era lo que decía; ellos ya estaban con el proceso listo", agregó al acusar a Moro de tener motivaciones políticas.
 

Rodeado de sus simpatizantes, a Lula, de 71 años, se lo vio cansado, pero él mismo buscó transmitir fortaleza al hacer bromas sobre su delicada situación y exhibir su natural carisma. Aclaró que está "indignado pero sin perder la ternura", contó que está tomando sus vitaminas y haciendo ejercicio, y apuntó que no tuvo tiempo de analizar en detalle el fallo de Moro porque estaba esperando que su equipo de fútbol, el Corinthians, "resolviera un problema con el Palmeiras".
 

"Quien cree que es el fin de Lula, se va a dar la cara contra el piso. Quien tiene derecho de decretar mi fin es el pueblo brasileño", afirmó antes de dar por terminada la conferencia para reunirse con sus abogados y los políticos del PT.