La figura del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, señalado por corrupción, continúa en el centro de la guerra abierta entre el Gobierno de Dilma Rousseff y la Justicia, que alimenta el caos político que vive Brasil. Lula, que asumió el jueves el Ministerio de la Presidencia (jefatura de Gabinete) en el equipo de Rousseff, ha visto en las últimas horas como diferentes tribunales le impedían ejercer el cargo, después le daban luz verde y de nuevo anulaban de forma cautelar su nombramiento. Un laberinto judicial que mantiene al expresidente en una suerte de ‘limbo‘ y que complica la posibilidad de que, como ministro, disfrute de la condición de aforado que le blinda ante el fuero común. La última decisión que anula de manera cautelar su nombramiento fue adoptada por un juez de Sao Paulo, que argumentó que tanto el expresidente como Rousseff interfirieron en la investigación de la corrupción en la petrolera Petrobras. Acusado de lavado de dinero y falsificación, como ministro, Lula sólo podrá ser investigado por el Tribunal Supremo, la máxima instancia judicial del país, que tiene un ritmo propio más lento. El nombramiento le permite escapar de la sombra del juez Sergio Moro, que conduce las investigaciones del caso Petrobras que salpican tanto al expresidente como a dirigentes de todo el arco político, altos funcionarios y empresarios. Un tribunal de Río de Janeiro anuló ayer la segunda de las dos cautelares presentadas contra el nombramiento de Lula (padrino político de Rousseff) como ministro. Según abogados estatales, esa decisión permitía a Lula volver a ejercer su cargo de ministro. Lula fue nombrado ministro el pasado miércoles, un día después fue investido, pero entonces dos jueces ordenaron suspender los efectos de su posesión. La primera cautelar, tomada en un tribunal de Brasilia, fue anulada el pasado jueves, y la segunda, que procedía de una corte de Río, fue reprobada también. Inédito Si Lula asume finalmente en el gabinete, hará algo que nadie hizo hasta ahora en Brasil: ser ministro después de haber sido presidente. En Argentina hay dos antecedentes: Domingo Sarmiento fue presidente (1868-74) y ministro del Interior -e interinamente a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores- durante 40 días de 1878, en el mandato de su sucesor, Nicolás Avellaneda. Julio Roca fue presidente (1880-86) y ministro del Interior (1890-91) con Carlos Pellegrini, que completó el mandato de Miguel Juárez Celman. Efe y Télam