Expertos. Los destrozos de la catedral enmudecieron a varios. "El problema de este tipo de estructuras es que requieren medidas de seguridad centradas en la preservación del sitio. En estos edificios no se pueden colocar puertas cortafuegos o un sistema de distribución de agua", apuntan expertos.


Los vecinos de París daban gracias al ver ayer aún en pie los campanarios de la fachada de la catedral de Notre Dame, después de que los bomberos trabajaran toda la noche para apagar las llamas que destruyeron parte de uno de los símbolos más queridos de Francia.


Las autoridades dijeron que creían que el incendio fue un accidente y el presidente francés, Emmanuel Macron, prometió reconstruir en cinco años Notre Dame, considerada uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica francesa y europea y visitada por más de 13 millones de personas al año.


"Reconstruiremos (la catedral de) Notre Dame incluso de manera más bella y quiero que se complete en cinco años. Podemos hacerlo", afirmó Macron en una alocución solemne televisada a la nación desde el palacio del Elíseo. "Depende de nosotros convertir este desastre en una oportunidad para unirnos", dijo desde la sede presidencial.


Grandes industriales prometieron cientos de millones de euros para la reconstrucción, mientras gente común rezaba a la sombra de la catedral que ha presidido el centro de la capital francesa desde hace 800 años.


Más de 400 bomberos trabajaron toda la noche para sofocar el fuego, lo que consiguieron 14 horas después de que se encendió el techo que se consumió junto a la aguja que coronaba el templo. Un bombero resultó herido, pero no hubo más reportes de afectados en un incendio que comenzó tras el cierre del edificio al público por la tarde del lunes.

Rescate. Trabajadores intentan rescatar una estatua de la fachada de la catedral visitada por muchos turistas.


El fiscal público de París, Remy Heitz, informó que no encontraron indicios obvios que apunten a un incendio provocado. Medio centenar de personas trabaja ahora en lo que se espera sea una larga y compleja investigación.


Heitz explicó a la prensa que prioriza la hipótesis de un origen accidental de las llamas. Poco antes, el ministro de Cultura, Franck Riester, ya había avanzado que el suceso pareció iniciarse en torno a la aguja de la catedral, donde se estaban realizando obras de restauración.


El fuego fue sofocado por completo poco antes de las diez de la mañana de ayer. El secretario de Estado del Interior, Laurent Nuñez, avisó que los arquitectos han identificado "algunas vulnerabilidades", sobre todo en la bóveda y la fachada lateral del transepto norte. Pero esos problemas no amenazan, a priori, la estabilidad global del monumento.


La investigación deberá determinar, por ejemplo, por qué si la alarma de incendios saltó a las 18.20 no se logró descubrir su origen hasta que la alerta volvió a sonar, 23 minutos después.


También tendrá que establecer si las compañías concesionarias de los trabajos cumplían con los protocolos de seguridad o si pudo haber algún tipo de error humano en la génesis del suceso. Las autoridades se preparan para una investigación larga y costosa. Hablan de semanas, incluso de meses.


La restauradora argentina Agustina Esperón dijo que le pareció "muy llamativa la masividad con la que se manifestó el fuego. Me llama la atención eso". Esperón, quien realizó una pasantía en el mantenimiento de los muros de piedra de Notre Dame en 2008, agregó que "existían sensores, y si las medidas de seguridad son extremas, tendrían que haber detectado el aumento de la temperatura inmediatamente previendo o evitando el incendio. Fue muy llamativa la intensidad del fuego, y eso me confunde muchísimo".


Los especialistas de arte seguían estudiando detenidamente la magnitud del daño en la roseta sur del siglo XIII de Notre Dame, que medía 10 metros de ancho, y otros vitrales que aún seguían en pie después del derrumbe del techo de vigas de madera de la catedral.


"Parece que no han sido destruidos por ahora, aunque tendremos que ver en qué estado real están y si se pueden restaurar adecuadamente", dijo Maxime Cumunel, secretario general del Observatorio de Patrimonio Religioso de Francia.


"Hemos evitado un desastre completo. Pero entre el 5 y el 10 por ciento de las obras de arte probablemente han sido destruidas, tenemos que enfrentarnos a eso", agregó.
 

El Presidente. Macron pidió a su pueblo que "aproveche la catástrofe para reflexionar sobre lo que fuimos y lo que somos, para mejorar".


>> Promesas por 750 millones de euros

No se habían apagado aún las cenizas del incendio en la catedral de Notre Dame y una lluvia de promesas de financiación, tanto de instituciones como de las mayores fortunas del país, ya trataba ayer de paliar la conmoción que sufren los franceses por uno de sus monumentos más queridos.


Los anuncios llegaron sin pausa. A media tarde de ayer, ya se contabilizaban hasta 750 millones de euros en compromisos de donación. La familia de Bernard Arnault, la de mayor fortuna de Francia y propietaria del grupo de lujo Louis Vuitton, señaló en un comunicado que realizará "una donación de 200 millones de euros al fondo dedicado a la reconstrucción de esta obra arquitectónica, que forma parte de la Historia de Francia".


El anuncio de los Arnault respondía así al de la familia de François-Henri Pinault, otro de los grandes bolsillos de Francia, que cuando el incendio todavía no había sido sofocado, se comprometió a aportar 100 millones de euros a través de su sociedad de inversiones Artemis. No quiso quedarse atrás otra de las familias señeras del dinero galo, los Bettencourt-Meyers, dueños de L'Oréal, que pondrán otros 200 millones. La petrolera Total pondrá, según dijo otros 100 millones. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, propuso convocar una "conferencia internacional de donantes".

 

Esperanzas de Francisco
 

  • El papa Francisco expresó ayer en un mensaje su deseo de que, tras la restauración, la catedral de Notre Dame pueda volver a ser "patrimonio arquitectónico y espiritual de París, Francia y la humanidad".