La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, cumplió una agenda exterior "maratónica" en su primer día en el cargo al recibir ayer de forma sucesiva al príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, al mandatario de Uruguay, José Mujica, y otros cinco dignatarios extranjeros.

"Fue un maratón de reuniones, que fueron muy buenas", explicó el canciller, Antonio Patriota, en una rueda de prensa en la que resumió el contenido de las siete charlas, que incluyó contactos con autoridades de Cuba, Portugal, Corea del Sur, Palestina y Japón.

El príncipe Felipe fue el primero en entrevistarse con Rousseff en el palacio presidencial de Planalto, donde el sábado pasado recibió la banda presidencial de manos de Luiz Inácio Lula da Silva. Ambos repasaron las relaciones comerciales, culturales, de defensa y cooperación entre España y el país sudamericano y hablaron de la política de la región iberoamericana.

A continuación, Rousseff recibió a su homólogo uruguayo, José Mujica, con el que acordó mantener el régimen de encuentros trimestrales que se había implantado durante el gobierno de Lula. En tanto, ayer se difundió que Dilma Rousseff, viajará a fines de enero próximo a la Argentina para reunirse con su par Cristina Fernández de Kirchner, en lo que será su primer viaje al exterior como mandataria. El anuncio se conoció ayer luego del encuentro que tuvo por la tarde, en la ciudad de Brasilia, el canciller Héctor Timerman, que representó al Gobierno nacional en la asunción de Rousseff, y su par Antonio de Aguiar Patriota.

Según publicó la prensa brasileña, Patriota consideró "central" la relación bilateral entre ese país y la Argentina que, dijo, "vive hoy un momento de plenitud".