Miles de manifestantes alemanes marcharon ayer Berlín para exigir un cambio en los métodos de la agricultura y descargar su ira en un escándalo de alimentos en el que la sustancia dioxina, que causa cáncer, fue hallada en algunos huevos, aves y carnes de cerdo.

El escándalo, originado en alimentos para animales que estaban contaminados, ha enfurecido a los consumidores, activó alertas sanitarias internacionales y afectó las ventas de huevos y carnes alemanas.

Los organizadores dijeron que 22.000 personas formaron parte de la manifestación, bajo la consigna "Estamos hartos de esto. No a la ingeniería genética, fábricas de animales y las exportaciones desleales". "Tuvimos una gran relajación de los estándares ambientales y animales en los últimos años", dijo Reinhild Benning de

Amigos de la Tierra, sede de Alemania. "Eso es un riesgo para los consumidores -como estamos viendo ahora con el escándalo de la dioxina- y es algo que nadie quiere".

El Gobierno alemán está separando la producción de aceites y grasas para uso industrial y agrícola, y presentando un nuevo sistema de licencias. Miles de gallinas han sido sacrificadas.

China, Corea del Sur y Hungría ya han anunciado restricciones a las importaciones de carnes alemanas después del problema que comenzó el 3 de enero.