Una multitud que se calcula muy superior al millón de personas tomó ayer las calles de todo Brasil y exigió la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, que cada día parece más acorralada por una creciente crisis política y económica.

La jornada nacional de protestas convocada por grupos sociales asociados a la oposición dio una contundente muestra del malestar

que existe en el país, testigo de graves irregularidades en la petrolera estatal Petrobras.

La mayor concentración fue realizada en Sao Paulo, donde una marea de cientos de miles de personas copó las calles al grito de ‘Fuera Dilma‘. Según los organizadores, en Sao Paulo participaron 2,5 millones de personas y otro millón tomó las calles de Río de Janeiro, donde las autoridades decidieron no difundir datos sobre asistencia.

En cualquier caso, sumadas las cifras oficiales que se conocieron en todo el país, los cálculos más conservadores apuntan que más de un millón de personas se sumó a las protestas, en las que no se han registrado incidentes de gravedad. El acto más simbólico ocurrió en Brasilia, donde unas 100.000 personas, según la Policía, se plantaron frente al Congreso en respaldo al proceso.

Las primeras movilizaciones contra Rousseff, cuestionada en los últimos meses por escándalos de corrupción y dificultades en la marcha de la economía, se registraron en algunas ciudades del norte y el noreste del país, aunque las más numerosas fueron las que tuvieron lugar en San Pablo y Río de Janeiro, las más pobladas, y en Brasilia.

En la capital del país, unas 100.000 personas según la Policía Militar o 200.000 según los organizadores marcharon unos dos kilómetros, desde el Museo de la República hasta la sede del Congreso. En Río de Janeiro, la manifestación tuvo lugar en la playa de Copacabana. En San Pablo, la marcha sobre la céntrica avenida Paulista comenzó después del mediodía y los organizadores esperaban una concurrencia al menos similar a la de la manifestación de agosto del año pasado, que se estimó en 135.000 personas. En otras ciudades asistieron a las protestas, respectivamente según la Policía Militar y los organizadores, 30.000 o 40.000 personas en Belo Horizonte, 25.000 o 40.000 en Maceió y 20.000 o 25.000 en Salvador.

Asimismo, según cálculos de los organizadores, se reunieron 150.000 personas en Recife, informaron la agencia noticiosa estatal ABR y el diario Folha de Sao Paulo. Las marchas fueron convocadas por organizaciones sociales y partidos opositores, y en todas ellas los manifestantes protestaron contra la corrupción y la permanencia de Rousseff al frente del gobierno.

El Partido de la Social Democracia Brasileña, principal fuerza de oposición del país, vaticinó que el de ayer sería el ‘mayor acto contra el gobierno de los últimos tiempos’. Agregó que estas manifestaciones podrían ser ‘definitivas’ para impulsar el juicio a Rousseff. Ella enfrenta una severa crisis, producto del escándalo causado por el desvío de al menos 2.000 millones de dólares de Petrobras. Télam y Efe