El primer ministro británico, Gordon Brown, buscaba sobrevivir ayer al mayor desafío a su permanencia en el cargo desde su asunción, luego de que la cuarta renuncia de un miembro de su gabinete en 24 horas sacudiera al país en vísperas de elecciones municipales y europeas. Las dimisiones obedecen a un escándalo por gastos excesivos de parlamentarios.