Al menos 120 ballenas pilotos murieron asfixiadas o fueron sacrificadas en playa de la Bahía Mason de Nueva Zelanda, donde quedaron varadas por razones desconocidas, informó hoy el Departamento de Conservación (DOC) de ese país de Oceanía.

Los cetáceos, de hasta 20 metros de largo, fueron encontrados la víspera por turistas extranjeros en una zona remota de la Bahía de Mason, en la isla sur de Nueva Zelanda, que dieron aviso de inmediato a las autoridades.

En una declaración, la dependencia explicó que más de la mitad de los mamíferos ya habían muerto asfixiados cuando un grupo de expertos llegó al lugar para investigar los sucedido, mientras que el resto fue sacrificado, tras constatar que sería imposible ponerlos a salvo.

\'Se han tenido que matar a 48 ballenas piloto que se encontraban entre una manada de 120 ballenas varadas\', destacó el comunicado, difundido por la emisora Radio Nueva Zelanda, según un reporte de la agencia informativa china Xinhua.

Brent Beaven, uno de los oficiales del DOC que fueron trasladados a la Bahía de Mason, afirmó que se vieron obligados a sacrificar a las ballenas al verse imposibilitado a regresarlas al mar, debido a lo baja de la marea y las condiciones extremas de la zona.

\'Con la marea y las pocas esperanzas de que pudieran sobrevivir hasta por 12 horas, se tomó la decisión para acabar con los sobrevivientes\', destacó, tras indicar que el mal tiempo y la oscuridad hubieran puesto en peligro también a los rescatistas.

La eutanasia, agregó Beaven, fue una decisión difícil, pero se hizo pensando en el bienestar de los animales para evitar que 'siguieran sufriendo'.

En los últimos meses, al menos 38 ballenas han perecido por asfixia, al quedar varadas frente a las costas de gélidas aguas al sur de Australia y Nueva Zelanda, donde más de 120 murieron en diciembre de 2009.

Pese a estos casos, los expertos desconocen aún la razón por lo las ballenas han encallado en las playas. La única razón creíble por ahora es que son atraídas por los sonidos de grandes buques que navegan por la zona, que las desorientan y las llevan a la costa.