Una serie de explosiones sacudió ayer a Bagdad, dejando al menos 72 muertos en la primera ofensiva masiva en la capital de Irak desde que una crisis entre el Gobierno liderado por chiíes y sus rivales suníes comenzó días después de que EEUU retiró a sus tropas del país. Fueron más de 10 explosiones en las que resultaron heridas unas 217 personas.

Los ataques aparentemente coordinados son la primera señal de aumento de la violencia después que el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, buscó desplazar a dos líderes suníes, sólo unos pocos años tras el derramamiento de sangre sectario que llevó a Irak al borde de la guerra civil.

Al menos 18 personas murieron cuando un atacante suicida que conducía una ambulancia detonó un vehículo cerca de una oficina de Gobierno en el distrito de Karrada, levantando una nube de polvo y lanzando las piezas del coche hacia un jardín infantil.

Dos bombas ubicadas al costado de vías detonaron al suroeste del distrito de Amil, un coche bomba estalló en un barrio chií de Doura en el Sur y otras bombas explotaron en el área central de Alawi, Shaab y Shula, en el Norte, todas zonas chiíes.