La líder conservadora Theresa May asumió como primera ministra británica con el desafío de tener que implementar la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), y en una sorpresiva decisión nombró al ex alcalde londinense y abanderado del Brexit, Boris Johnson, como su canciller. May, de 59 años, toma las riendas del país luego de que David Cameron renunciara como líder del Partido Conservador y como jefe de gobierno tras el triunfo del Brexit en el referéndum del 23 de junio pasado, que desató tres semanas de intensa agitación política y enorme volatilidad en los mercados financieros. La ex ministra del Interior -la segunda mujer en llegar a primera ministra del Reino Unido-, quien había apoyado la permanencia del país en la UE, buscó atajar las divisiones en su partido causadas por el referéndum nombrando a Johnson, principal impulsor del Brexit, como su ministro de Relaciones Exteriores. La decisión, sin embargo, podría causar controversia, ya que el excéntrico exalcalde no sólo condujo a la victoria a la campaña en favor del Brexit, enfrentándose así a muchos líderes europeos, sino que además desilusionó a muchos de sus partidarios al retirarse a último momento de la carrera para suceder a Cameron. En otro nombramiento clave, May designó al excanciller Philip Hammond como su nuevo ministro de Finanzas, con el reto de calmar los temores a las consecuencias económicas que el Reino Unido se arriesga a padecer al abandonar la UE, el principal mercado para los productos británicos. En tanto, el exministro europeo y actual diputado conservador Davis Davis, otro impulsor del Brexit, fue nombrado ministro encargado de implementar el Brexit, tarea que se anticipa como muy difícil y compleja.
May asumió y sorprendió

