Buenos Aires, 28 de febrero.- La canciller alemana Ángela Merkel no pasó un buen momento durante una fiesta celebrada en la ciudad Demmin. Es que un mozo despistado volcó los vasos de cerveza que servía a los presentes en la espalda de ella.
El episodio se vivió el miércoles pasado y Merkel dejó en claro que la diplomacia es lo suyo: no se quejó ni reprendió al mozo, es más, siguió como si nada hubiera pasado y brindó.
La actitud del servidor también fue extraña, pues no pidió disculpas y continuó su tarea como si no hubiera hecho nada.
