Tras permanecer veinticuatro horas en un campamento improvisado, el cansancio y la incertidumbre sobre cuándo podrán regresar a sus casas se suman al miedo que sienten los miles de vecinos de la ciudad española de Lorca, que todavía viven la angustia por los terremotos del miércoles pasado.

Según informaron ayer fuentes oficiales, las víctimas mortales por los dos terremotos que sacudieron el municipio murciano de Lorca, en el Sur de España, ascendieron a nueve tras el fallecimiento de un herido grave, una mujer de 41 años.

En conferencia de prensa, la consejera de Sanidad de Murcia, María Angeles Palacios, dio un nuevo balance provisional del saldo de fallecidos, que se elevó a nueve después de la muerte de uno de los tres heridos graves que habían dejado los dos temblores que el miércoles asolaron la región.

Miles de afectados siguen a la espera en las áreas habilitadas para los evacuados para conocer si podrán volver a sus casas dañadas por los dos sismos que alcanzaron 4,4 y 5,1 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, provocando unos 300 heridos.

Cansados y con la incertidumbre en el cuerpo, la gran mayoría de afectados congregados en las áreas habilitadas para atenderles expresa todavía su temor a una nueva réplica que pueda poner en riesgo sus vidas o que empeore el estado de sus viviendas.

El joven ecuatoriano Serafín Salazar aseguró que él y su familia pasaron mucho miedo en la noche posterior al sismo y tuvieron "ganas de no dormir", lo que les ha provocado un gran cansancio. Su compatriota Lidia Llepes señaló que se siente "cansada de la mala noche, con hambre y con miedo", a la vez que expresó el deseo de que "no haya otro susto y que no pase nada malo".

Miguel Arenas reconoce que ha pasado "mucho frío", tiene hambre y expresa su desazón ante la incertidumbre de seguir "sin saber" si puede "volver a casa o va a haber otro terremoto".

Cientos de personas hacían fila ayer a la espera de obtener comida de los trabajadores de emergencia en la localidad española de Lorca tras pasar la noche a la intemperie por la prohibición de regresar a sus casas dañadas. El alcalde de la ciudad de Lorca, Francisco Jodar, dijo a los periodistas que una tercera parte de los 90.000 residentes de Lorca -la tercera mayor ciudad de la región de Murcia- pasó la noche a la intemperie tras los sismos.

"Pasamos la noche aquí en la plaza con toda la familia. Los de emergencia nos han dado comida y mantas. Nos tienen prohibido regresar a la casa hasta que llegue un ingeniero para revisar el edificio", dijo Edgar Rosales, de 38 años, procedente de Ecuador.

Rosales dijo que sus hijas habían pasado mucho miedo en el terremoto, porque les habían golpeado los objetos que caían de las estanterías de la casa. Cascotes y escombros se esparcían por las calles de Lorca, una ciudad que data de los tiempos de los romanos y cuenta con algunos edificios de la época medieval, mientras muchos autos quedaron destrozados por el segundo de los sismos del miércoles (el más grave).

"Lo de Lorca va a ser muy complicado hacer esa evaluación lo antes posible… No me imagino a los vecinos de Lorca pasando otra noche al raso y pasando frío", dijo el alcalde de la ciudad, Francisco Jodar.