Algo no tan difícil de imaginar considerando la edad demográfica de un país que envejece.

Uno de estos casos tiene que ver con una señora de 70 años que fue rescatada del techo de su vivienda luego de pasar el tsunami, además hubo muchos otros relatos de personas mayores que superaron la tragedia.

Kayo Miura, una de las habitantes de la zona afectada, dijo al New York Times que estaba en la parte de arriba de su casa cuando golpeó el terremoto y la tiró al piso. Una vez que pasó el temblor, encendió la radio y escuchó el alerta del maremoto, pero no le prestó atención por la frecuencia de las falsas alarmas. Tampoco pensó que el agua llegaría hasta su casa, ubicada a más de tres kilómetros de la costa.

Pasado unos 20 ó 30 minutos, Miura comenzó a ver una fila de autos en su campo y se preguntó qué hacían en su propiedad. Luego los vio moverse, escuchó los gritos y se quedó paralizada. Su marido, Ken, corrió hacia el techo justo en el momento en que las olas impactaron con su casa. Increíblemente, su casa fue una de las pocas estructuras que se mantuvieron en pie en esa zona.

Otra de las historias tuvo como protagonistas a Naoko Takahashi, de 60 años, y a su marido, de 64. Ambos vieron una pila de autos y combustible ardiendo que se les aproximaba, corrieron lo más rápido que pudieron. En la desesperación del escape divisaron una torre de riego de cuatro metros aproximadamente y se subieron inmediatamente, haciéndoles compañía a otras dos personas que ya se refugiaban en el lugar.

En tanto, unos 100 mil militares japoneses, ayudados por voluntarios extranjeros especialistas en salvamento, continúan peinando la zona devastada en busca de supervivientes atrapados bajo los escombros o arrastrados mar adentro por el tsunami.