Cautivante. Angra dos Reis, una zona con paisajes cautivantes para varios argentinos, empezó a tomar medidas para evitar la fiebre amarilla.

Una muerte por fiebre amarilla en una isla brasileña muy visitada por argentinos fue confirmada por estas horas, informó ayer la prensa porteña.

La Secretaría de Salud del municipio de Angra dos Reis (en Río de Janeiro) informó que Wosley Ferreira da Silva, de 38 años, falleció después de pasar varios días internado en el Hospital General da Japuíba, en la ciudad. El hombre vivía en Praia de Provetá, una de las playas de la zona sureste de Ilha Grande, la mayor de las islas que forma parte del archipiélago frente a Angra. La isla jurídicamente pertenece al municipio de Angra dos Reis.

La víctima había estado recientemente en Praia Longa, en el sector noreste de la exótica isla, donde también fue confirmada la muerte de un mono por fiebre amarilla, por lo que se sospecha que Ferreira da Silva puede haber contraído el virus allí, informó el diario La Nación.

"La Alcaldía de Angra dos Reis recomienda a todos lo que aún no han sido vacunados contra la fiebre amarilla que no vayan para Ilha Grande, las áreas selváticas y las cascadas", resaltó en un comunicado el alcalde de la ciudad, Fernando Jordão, ahora bajo la amenaza de la enfermedad viral que afecta a varios estados de Brasil y ha aumentado dramáticamente el número de muertes en las últimas semanas.

La fiebre amarilla es transmitida a los humanos por la picadura de mosquitos que antes picaron a un mono infectado. En Brasil se presenta en la modalidad de ciclo rural y esta restringida a zonas boscosas. La modalidad urbana se produce cuando un mosquito transmite el virus de una persona contaminada a otra sana.

Sin embargo, no hay registros de este ciclo en Brasil desde 1942, y las autoridades niegan indicios de una urbanización de la enfermedad. La enfermedad provoca fiebre, escalofríos, fatiga, dolores de cabeza y musculares, generalmente asociados con náuseas y vómitos.

La bahía de Angra dos Reis se ramifica en dos mil playas de esas de postal caribeña, con arenas blancas y palmeras, que están distribuidas entre el continente y 365 islas.