Un fortísimo temporal cayó anoche sobre Río de Janeiro , donde dejó al menos cuatro muertos y provocó caos en la ciudad esta mañana con inundaciones en varios barrios, destrozos e interrupciones en el transporte público.
 

El desorden era tal que la Alcaldía pidió a la población que evite salir a las calles hasta la tarde, mientras lidiaba con los estragos en medio de críticas por la falta de prevención y rápida actuación ante la espectacular tormenta que dejó a Río en situación de crisis.
 

Según confirmó Defensa Civil, un hombre y una mujer fallecieron al derrumbarse su casa en el barrio de Quintino, en la empobrecida Zona Norte. Cerca de allí, en Cascadura, un niño murió al ser golpeado por parte de su vivienda que se desmoronó debido a la fuerza de la lluvia. Ya en Realengo, en la Zona Oeste, un agente de la policía militar perdió la vida al caer un árbol sobre su auto.
 

 

Con vientos de 123 km/h, entre la noche y la madrugada llovieron más de 130 mm, marca superior al total de precipitaciones esperadas para todo el mes de febrero.
 

Esta mañana, decenas barrios de Río permanecían sin electricidad, especialmente en el área de Barra de Tijuca y Recreio, por esta época repleta de turistas que vinieron a pasar el Carnaval a la ciudad. En el Centro, el bohemio barrio de Lapa estaba cubierto de agua, al igual que la zona que rodea al estadio del Maracaná.
 

Varias avenidas y calles estaban bloqueadas por árboles caídos, y tres las principales vías de acceso a la ciudad -la Avenida Brasil, la Linha Vermelha y la autopista Grajaú-Jacarepaguá- sufrieron cortes. Hubo problemas en el servicio del metro, así como en la circulación de trenes suburbanos, en las líneas de metrobús y en la red del nuevo sistema de tranvías en el Centro, cuya operación llegó a ser totalmente paralizada.