Bélgica, 1 de noviembre.-El Banco Central Europeo (BCE) no puede actuar más allá de su mandato, que es mantener la estabilidad de los precios, aseguró su presidente, Mario Draghi, en momentos en que aumenta la presión para que la entidad bancaria desempeñe un papel mayor en el rescate al euro.

"Algunas personas dicen que el BCE debe hacer más, otras dicen que debe hacer menos", afirmó Draghi ante el Parlamento Europeo en Bruselas, donde presentó el informe anual 2010 de esta institución monetaria.

"Hay un tratado. No se debe pedir a la BCE que haga cosas fuera del tratado", sostuvo, considerando que sería "un error ir más allá de los tratados", y que eso afectaría a la credibilidad de la institución, si bien advirtió que "las amenazas para la economía han aumentado".

Al referirse al programa de compra de obligaciones públicas del BCE, que numerosos responsables políticos y economistas le piden que aumente para poner fin a la propagación de la crisis de la deuda, Draghi se opuso categóricamente.

Ese programa es "temporal" y "limitado", es decir, "no es infinito", afirmó.El BCE anunció el lunes que compró 8.581 millones de euros de títulos de deuda públicos en el mercado secundario la semana pasada, un poco más que la anterior.

El BCE no desvela el detalle de sus intervenciones ni los países cuya deuda compra, pero según Christian Schulz, economista del banco Berenberg, habría comprado sobre todo deuda italiana y española.

El total de compras del BCE en el marco de este programa, iniciado en mayo de 2010, se sitúa actualmente en los 203.500 millones de euros.

"El papel de ese programa no consiste en crear liquidez o en reemplazar los Gobiernos, sino en garantizar la correcta transmisión de nuestra política monetaria", reiteró Draghi. Alemania, la primera economía de la Eurozona, se opone rotundamente a una mayor intervención del BCE en los mercados.

El gobierno alemán, inflexible, repite que el instituto con sede en Frankfurt (oeste de Alemania) debe centrarse en controlar la inflación en torno al 2 por ciento. Del otro lado, Francia no deja de presionar a Alemania para que suavice su postura, con el apoyo de Estados Unidos, que milita en favor de una intervención masiva del BCE.

En su intervención ante el europarlamento, el economista italiano recientemente designado al frente del BCE advirtió que para enfrentar la crisis, "los Gobiernos deben -de forma individual o colectiva- restaurar la credibilidad ante los mercados financieros".

Para ello, la unión monetaria necesita "un nuevo pacto fiscal", aseguró. "Esa sería la señal más importante de los Gobiernos de la eurozona de que se han embarcado en el camino hacia una profundización de la integración económica", explicó.

Las declaraciones de Draghi ocurren al día siguiente del anuncio de que los grandes bancos centrales, entre ellos el BCE y la Reserva Federal de Estados Unidos, se unieron para facilitar y ampliar hasta febrero de 2013 los intercambios de divisas (swap) a un tipo de interés reducido para inyectar liquidez en los mercados, lo que permitirá facilitar el crédito para consumidores y empresas, clave para el crecimiento de la economía global.

El anuncio provocó la euforia de los mercados y el alivio en Europa, que busca salvar al euro antes de la cumbre europea del 8 y 9 de diciembre."El BCE ha tomado varias medidas en 2010 y 2011 para asegurar que los bancos tengan acceso a fondos.

Esto les ha permitido conceder crédito a empresas y a los hogares", dijo Draghi. Pero estas intervenciones "siguen siendo demasiado tímidas", según Schulz, quien cree que hasta ahora la intervención del BCE es "ineficaz para poner fin al pánico de los mercados de las últimas semanas".