La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó ayer una guía en la que recomendó el uso de barbijos a la población en general en lugares donde hay "transmisión generalizada" de coronavirus (Covid-19) y donde "sea difícil el distanciamiento físico". Pero advirtió que "por sí solos no nos protegerán".

La OMS actualizó sus guías ayer, para recomendar que los gobiernos pidan que todos utilicen mascarillas en áreas públicas donde hay riesgos de transmisión de Covid-19.

"Tenemos nuevos hallazgos de investigación", agregó la experta técnica principal de la OMS sobre Covid-19, Maria Van Kerkhove. "Tenemos evidencia ahora de que si esto se hace apropiadamente, puede proporcionar una barrera para las gotitas potencialmente infecciosas". La OMS había dicho previamente que no había suficientes pruebas a favor o en contra del uso de mascarillas para personas sanas en la comunidad en general.

Hasta ahora, la OMS sólo recomendaba, de acuerdo a la guía del 6 de abril, el uso de barbijos para las personas que atendían a gente potencialmente contaminada, o que tenían tos o estornudos; así como para el personal sanitario. Ayer, en base a nuevas evidencias, la organización consideró que a medida que los países van levantando las medidas de confinamiento y las restricciones de movimiento es necesario que las personas utilicen tapabocas para protegerse en situaciones en las que no se puede aplicar la distancia social recomendada.

Puntualmente, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se refirió a aquellos lugares en los que es difícil establecer un distanciamiento social, "como sucede en el transporte público, en locales o en otros lugares concurridos o confinados". No obstante, Tedros subrayó que las máscaras son solamente una parte de una estrategia eficaz para suprimir el virus y podían llevar a la gente a una falsa sensación de seguridad. Dijo que no reemplazaban el distanciamiento físico ni la higiene de las manos.

La experta del Departamento de Emergencias Sanitarias de la OMS, April Beller, explicó que hay nuevas evidencias científicas (a partir de investigaciones de las universidades de Stanford y Colorado) sobre las máscaras de tela.

Esos estudios revelaron además cuáles son los materiales que pueden actuar como "barrera" a las microgotas que expelen las personas contaminadas cuando tosen o estornudan, y la manera en que deben combinarse para cumplir este cometido.

La guía de la OMS recalca que no todas las máscaras de tela tienen la misma calidad de filtración, uno de las factores determinantes para su efectividad. Los materiales a considerar en la fabricación de una mascarilla eficaz son el polipropileno, el algodón y el poliéster, y la celulosa y la seda como últimas alternativas.

Beller explicó que lo ideal es combinar las telas y que la mascarilla tenga tres capas, utilizando el material más absorbente (por ejemplo, el algodón) más cerca de la boca, lo que hará que, si se tose, las gotas de saliva se queden allí. Por fuera debería ir el material que más repele el agua, como el poliéster, mientras que como filtro (al medio) se podría utilizar el polipropileno, que es el material que se utiliza en las mascarillas quirúrgicas.